
Mi hija menor tiene 12 años, ya no tengo bebé en casa, pero eso no significa que ya no celebremos los días festivos.
Poco a poco, ha ido cambiando la manera en que celebramos las festividades en nuestro hogar.
Este año, en el Día de San Valentín, por ejemplo, ya no fue necesario comprar tarjetas para la clase de mi hija.
Ahora tiene seis clases y ya no es tradición en su escuela dar tarjetas a todos sus compañeros de clase como en la escuela elemental, por lo que decidió dar un pequeño chocolate a sus amigas más cercanas.
En casa, continuamos la tradición de comer en familia una pizza en forma de corazón.
Este año les regalé a mis hij@s botellas de agua para sus prácticas de fútbol y su chocolate favorito.
Para el Día de San Patricio, mi hija no usó playera verde como cada año.
Solo quiso una liga verde en su cabello y respeto su decisión.
No puedo obligarla a usar ropa verde si no quiere. Cuando era pequeña la vestía como yo quería, pero ahora ella decide qué ponerse.
Eso sí, siempre tomando en cuenta el código de vestimenta de la escuela, les regalé a mis hij@s monedas de oro de chocolate.
Este Día de Pascua, sé que ya no vendrá el conejo a traer canastas con juguetes a mis hijos, pero sí la pasaremos muy bien escondiendo en el jardín huevitos con chocolates y otros con dinero.
Una carne asada en el parque en familia suena bastante bien. No podrán faltar huevitos de chocolate o bombones, el juego de lotería y un balón para jugar futbol.
L@s niñ@s crecen y no significa que la magia se acabó, simplemente que la magia se transforma.
Ahora que mis hijos han crecido, nos divertimos jugando juegos, escuchando música.
Lo principal es tomar una pausa de nuestra rutina y pasar tiempo de calidad en familia.
La Navidad fue maravillosa, ya no importan tanto los regalos, ni vestir ropa roja y verde, para la foto perfecta.
Sino jugar juegos divertidos, disfrutar de ricos postres, compartir lo que hemos vivido últimamente o los recuerdos de la infancia.
Las carcajadas y sonrisas son las que quedan grabadas para toda la vida, no las cosas materiales.
Le recomiendo que si sus hij@s crecieron, haga lo posible por involucrarlos en las fiestas.
Que se sientan parte de las festividades, no que estorban.
Generalmente, los hombres se apartan para beber licor, las mujeres por otro lado se sientan a platicar y l@s hij@s en la sala o cuarto usando por horas el celular.
Ni hablar de l@s pequeñ@s corriendo por todos lados y jugando afuera de la casa, en la calle sin supervisar.
Planeen juegos que puedan jugar toda la familia, cocinen junt@s, dejen el celular a un lado para disfrutar y conversar en familia.
Los tiempos no vuelven.
