Por Redacción
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Las recientes alzas arancelarias en Estados Unidos ya están afectando el bolsillo de los consumidores. Productos de uso cotidiano como artículos para bebés, herramientas eléctricas y colchones han experimentado incrementos de precios, en medio de un panorama comercial incierto marcado por medidas que buscan presionar a países como China.
La administración del expresidente Donald Trump redujo temporalmente algunos aranceles, pero los efectos en los precios ya se sienten. Las tarifas, que van desde un 10% general sobre importaciones hasta un 30% específico para productos chinos, están forzando a las empresas a ajustar sus estrategias de precios.
Según la Reserva Federal, los aranceles han contribuido a un aumento del 0.3% en los precios durante el último año. Algunas compañías optan por subir los precios de todo su catálogo, mientras que otras se enfocan en productos específicos o eliminan aquellos que dejarían de ser competitivos.
“Si subes demasiado los precios, la demanda cae drásticamente y se pierde cuota de mercado”, explicó Z. John Zhang, profesor de marketing en la Universidad de Pensilvania. “El destino de una empresa muchas veces está en manos de quienes deciden los precios.”
La situación se complica aún más por factores políticos. La Casa Blanca ha criticado abiertamente a empresas que planean subir precios debido a los aranceles. Amazon y Mattel fueron objeto de ataques del expresidente cuando anunciaron ajustes en sus precios.
Ante esta presión, asesores recomiendan a las empresas que comuniquen los aumentos de precios con cautela. “Deben hablar sobre cómo la fijación de precios busca equilibrar oferta y demanda y reflejar el valor del producto”, dijo David Garfield, codirector ejecutivo de la firma AlixPartners.
Aumentos en sectores clave
Varias compañías han reportado incrementos de precios desde la entrada en vigor de los aranceles.
Stanley Black & Decker, dueña de marcas como Dewalt y Black+Decker, aumentó sus precios en promedio un solo dígito alto en abril. La compañía anticipa una segunda ronda de alzas más adelante en el año.
La empresa Yeti subió en abril los precios de 14 de sus productos, incluyendo un aumento del 7% en neveras portátiles, 11% en botellas y vasos, y hasta un 22% en tazones para perros. Therabody también aumentó los precios de sus pistolas de masaje hasta en un 15%.
Avocado Green Mattresses, fabricante de colchones ecológicos, aplicó un incremento del 6% en sus colchones y del 7.5% en otros productos.
Por su parte, UPPAbaby, empresa de productos infantiles, subió precios el 5 de mayo. Sus cochecitos, fabricados en China, vieron un alza para absorber el impacto arancelario. “Hicimos todo lo posible para evitarlo, pero algunos aumentos eran inevitables”, dijo la empresa en su web.
Decisiones difíciles
No todas las empresas aplican aumentos de manera uniforme. Las estrategias varían según el segmento del mercado. Las marcas de lujo tienen mayor margen para subir precios sin perder clientes, a diferencia de las tiendas de descuento.
“La demanda y el valor percibido influyen directamente en cuánto se puede subir el precio sin afectar las ventas”, señaló Alexander Chernev, experto en marketing de la Universidad Northwestern.
Abacus Brands, fabricante de juguetes interactivos, ejemplifica esta estrategia. La compañía planeaba subir el precio de su producto estrella, Pixicade, de $29.99 a $39.99, pero decidió mantenerlo tras la reducción de ciertos aranceles al 30%.
Sin embargo, Abacus eliminará de su catálogo otros productos como el juego interactivo MasterChef, cuyo precio pasaría de $59.99 a $89.99 con los nuevos aranceles. “A ese precio, simplemente no se venderá”, dijo Steve Rad, CEO de la compañía.
Abacus eliminará aproximadamente la mitad de sus 85 productos este año, centrando su oferta en aquellos que han demostrado ser rentables incluso con aranceles altos.
“Nuestra estrategia ahora se enfoca en productos ganadores. No hay margen para experimentos cuando los costos son tan volátiles”, concluyó Rad.
