Por Agencias
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Las celebraciones de Año Nuevo se extendieron por todo el mundo, dando la bienvenida a 2023 con cuentas regresivas y fuegos artificiales, y marcando el final de un año que trajo la guerra a Europa, un nuevo capítulo en la monarquía británica y la preocupación mundial por la inflación.
El nuevo año comenzó en el diminuto atolón de Kiribati, en el Pacífico central, y luego atravesó Rusia y Nueva Zelanda, cruzando los husos horarios, para después adentrarse por Asia y Europa.
En la emblemática Times Square de Nueva York, la bola descendió mientras una multitud realizaba una cuenta regresiva de los segundos que quedaban para entrar en 2023, que culminó con sonoros vítores y una luvia de confeti que brillaba entre pantallas gigantes, neones, luces y calles mojadas.
Dos agentes de la policía de la ciudad fueron trasladados a un hospital tras un altercado con un hombre que blandía un machete a apenas una manzana de donde se celebraba la fiesta. Los agentes estaban conscientes y sufrían heridas que no ponían en peligro sus vidas mientras que el sospechoso fue detenido, explicaron las autoridades.
Al menos durante un día, los pensamientos se centraron en las posibilidades, incluso en las más difíciles de alcanzar, como la paz mundial, y en reunir —por fin— la determinación para cumplir la siguiente serie de propósitos.
Como muestra de esa esperanza, un gran número de niños se reunieron con San Nicolás en una abarrotada estación del metro de Járkiv, Ucrania.
Sin embargo, los ataques rusos continuaron en Nochevieja. A medianoche, las calles de la capital, Kiev, estaban desoladas. La única señal de un nuevo año provenía de los residentes locales que gritaban desde sus balcones: “¡Feliz Año Nuevo!” y ”¡Gloria a Ucrania!” Y sólo media hora después del inicio de 2023, las sirenas de ataque aéreo se escucharon por toda la capital ucraniana, seguidas del sonido de explosiones.
El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, informó sobre una explosión en el distrito Holosiivskyui, y las autoridades dijeron que fragmentos de un misil derribado dañaron un vehículo en el centro de esa zona.
En París, miles celebraron en los Campos Elíseos, mientras el presidente francés Emmanuel Macron prometía en un discurso de Año Nuevo televisado seguir apoyando a Ucrania.
“El año entrante, permaneceremos inquebrantables a su lado. Los ayudaremos hasta la victoria y estaremos juntos para construir una paz justa y duradera. Cuenten con Francia y Europa”, afirmó.
El Big Ben repicó mientras más de 100.000 personas se congregaban a orillas del Támesis para contemplar un espectáculo de fuegos artificiales en torno al Ojo de Londres. El espectáculo incluyó una corona formada por drones y el retrato de la reina Isabel II en una moneda flotando en el cielo, en homenaje a la monarca que mayor tiempo ha gobernado Gran Bretaña y que falleció en septiembre.
La playa de Copacabana de Río de Janeiro dio la bienvenida a una pequeña multitud de unos pocos miles para un breve espectáculo de fuegos artificiales, y varias ciudades brasileñas cancelaron las celebraciones este año debido a la preocupación por el coronavirus. Antes de la pandemia, la fiesta de Año Nuevo de la capital brasileña solía atraer a más de 2 millones de personas a Copacabana.
La ciudad más poblada de Turquía, Estambul, recibió 2023 con festividades callejeras y fuegos artificiales. En la iglesia católica de San Antonio de Padua, ubicada en la frecuentada avenida Istiklal, en Estambul, docenas de cristianos rezaron por el año nuevo y lamentaron el fallecimiento del papa emérito Benedicto XVI. El Vaticano anunció que Benedicto XVI murió a los 95 años.
Nueva York se preparaba para sumarse a la festividad del año nuevo con un deslumbrante espectáculo el sábado en la noche en la emblemática Times Square, mientras las fiestas tenían lugar en todo Estados Unidos.
La noche culmina con una cuenta atrás en la que una brillante esfera geodésica de 3,6 metros (12 pies) de diámetro y de casi seis toneladas de peso desciende desde lo más alto del edificio One Times Square.
La superficie de la esfera tiene casi 2.700 cristales Waterford que serán iluminados con un abanico de más de 16 millones de colores, dijeron autoridades.
Al filo de la medianoche, se prevé la caída sobre la multitud de una tonelada de confeti que brillará entre las gigantescas pantallas y las luces neón estroboscópicas.
El año pasado, una reducida multitud de unas 15.000 personas con mascarillas observaron el descenso de la esfera en medio de las luces y la algarabía. Debido a normas relacionadas con la pandemia, el número fue corto en comparación con los decenas de miles que solían acudir a la plaza de fama mundial.
“2023 es el resurgimiento, un resurgimiento del mundo después del COVID-19 y después de la guerra en Ucrania. Queremos que termine”, dijo Arjun Singhsu mientras observaba el entorno.
En Australia, más de un millón de personas colmaron el malecón de Sydney pra presenciar una celebración de miles de millones de dólares basada en temas de diversidad e inclusión. Más de 7.000 fuegos artificiales fueron lanzados desde lo alto del puente de la bahía de Sydney y otros 2.000 desde la cercana Casa de Ópera.
Kiribati, una nación del Pacífico, fue la primera en recibir 2023 una hora antes que sus vecinos, como Nueva Zelanda, debido a su huso horario.
En Auckland, grandes multitudes se reunieron frente a la Sky Tower, donde una cuenta regresiva de 10 segundos para la medianoche precedió a un espectáculo de fuegos artificiales. Las celebraciones en la ciudad más grande de Nueva Zelanda cayeron muy bien tras su cancelación por el COVID-19 hace un año.
En China, los habitantes esperaban con cautela 2023 después de que una disminución de las restricciones relacionadas con la pandemia causara nuevas infecciones pero también era un indicio de una vuelta a la normalidad.