En 1965, la empresa de productos químicos para la agricultura presentó un producto que, al roseado sobre cultivos como maíz, brócoli, coliflor y otros cultivos, ofrecía contener el daño causado por insectos en los cultivos.
Tiempo después, como quedó reportado en numerosos estudios de universidades y organizaciones pro derechos de trabajadores agrícolas, los campesinos expuestos al rocío de este insecticida o pesticida, experimentaron algunos síntomas que incluían mareos, vómitos, dolores de cabeza, confusión, etc.
A pesar de la evidencia de que este pesticida, que contiene un ingrediente como fosfato orgánico conocido como clopirifos, a pesar que investigaciones han encontrado que el clorpirifos tiene efectos negativos en la salud de adultos, a medida que se incrementa la exposición a los mismos.
Un exceso de exposición a la sustancia activa de este insecticida puede sobre estimular el sistema nervioso, y un casos extremos de exposición, puede llegar a causar parálisis respiratoria e incluso la muerte.
Sin embargo, los niños y las mujeres embarazadas son mucho más sensitivas a esta sustancia, y los científicos que trabajan alrededor de la misma han relacionado la exposición al clorpirifos con efectos prolongados sobre la salud y el desarrollo del cerebro en los bebés.
La Agencia para la Protección del Medio Ambiente (EPA por sus siglas en Inglés), empezó a tomar algunos pasos para reducir el impacto del pesticida para el ser humano, en el año 2000, prohibió el uso en los hogares de insecticidas que tuvieran este agente como agente activo, porque reconoció el efecto sobre la salud al estar expuestos al mismo.
Durante la administración del presidente Barack Obama la EPA dio pasos para la prohibición del uso del insecticida, sin embargo, al inicio de la Administración de la administración del presidente Trump, Scott Pruit, quien encabezó la Agencia de Protección al Medio ambiente, inició el proceso para revertir las medidas de la pasada administración y por lo tanto el uso del clorpirifos.
A nivel Local, El Departamento de California de Regulación del Uso de Pesticidas (CDPR), inició un proceso para proteger a los habitantes del estado, en regiones de alta exposición, es decir, los lugares donde se lleva a cabo una intensa actividad agrícola, para evitar la contaminación, prohibiendo el uso del pesticida a menos de dos millas de escuelas, hospitales y vecindarios, y obligando a los agricultores, a avisar con anticipación cuando se llevarían a cabo las aspersiones del insecticida.
Sin embargo, grupos ambientalistas y defensores de los derechos humanos emprendieron una batalla legal para oponerse a las acciones del Departamento de Protección del Medio Ambiente, que pretendía autorizar, de nueva cuenta, el uso del clorpirifos.
FRENTES DE LUCHA
En marzo del presente año, se llevó a cabo en la ciudad de Santa María una demostración donde distintos líderes, de distintas organizaciones, entre las que se encontraba CA– USE, al Sindicato de Trabajadores Agrícolas y Líderes Campesinas, entre otras, para demostrar a las autoridades locales, la necesidad de prohibir el uso del clorpirifos por sus efectos negativos.
En esa ocasión, en la conferencia en el Minami Park, Lucila Hernández, compartió el dolor que sufrió por causa de la exposición al insecticida hace casi 27 años.
Con una voz entrecortada por la emoción de los recuerdos describió su experiencia.
“Estaba embarazada, en el tiempo cuando el insecticida fue aspersado, y mi hijo nació enfermo”, aseguró la mujer.
Después de pedir disculpas a la audiencia por no poder contener las lágrimas, la adolorida mamá continuo con su historia, diciendo que pasó mucho tiempo en el hospital, mientras el niño era tratado por las secuelas de la exposición al pesticida.
Este evento, coincidió con el aniversario del intento de Scott Pruitt, de negar la petición para prohibir el uso del clorpirifos en los Estados Unidos.
“Por eso, hago un llamado al comisionado del Condado de Santa Bárbara, para que implemente una serie de reformas a nivel local, para que prohíba el uso de este peligroso pesticida que pone en riesgo a las comunidades agrícolas en todo el condado”, pidió Lucila.
Al parecer esa petición tuvo efecto, ya que el jueves 26 de julio, un grupo de opositores al uso del insecticida con efectos neurotóxicos, se reunieron en la ciudad de Camarillo, en las instalaciones de la granja agrícola orgánica, la Mesa Abundante, para una vez más, dejar oír su voz en contra del clorpirifos.
Su mensaje era: “hay mejores formas de producir comida en el Condado de Ventura, que no pongan el riesgo los cerebros y la salud de nuestros niños”.
Granjeros, trabajadores agrícolas, profesionales de la salud y expertos en el desarrollo de pesticidas biológicos acudieron al lugar, ubicado en el 1012 W, Ventura Blvd de Camarillo.
“Yo he sufrido en carne propia, junto con otros compañeros de trabajo en los campos del Condado de Ventura , las consecuencias de estar expuestos a varios pesticida peligrosos, la mayoría de ellos, ni siquiera los puedo nombrar, pero uno de ellos, que se, tendría que pararse el uso es el clorpirifos, este insecticida, no sólo te enferma por un día o por una semana, este puede dañar permanente mente a nuestros hijos, aún antes de que nazcan”, indicó Olga Medina miembro de la organización Líderes Campesinas.
SE GANAN BATALLAS, PERO LA GUERRA CONTINUA
Así, llegó el lunes 31 de julio del presente año, California tomó una medida que pone al estado, cada vez más cerca de ser el segundo en la Unión Americana en disminuir el uso del pesticida que se ha vinculado con daños permanentes al cerebro de los bebés, autismo y una disminución en el coeficiente intelectual de los bebés de mamás que son expuestas al pesticida mientras están embarazadas.
Luego de 16 meses de que Pruitt, desafiando a sus propios científicos, se negara a prohibir el uso del neurotóxico clorpirifos, el Departamento para la Regulación de Pesticidas de California ha concluido su propio estudio que encontró resultados similares a los encontrados por científicos de la propia EPA.
Estos muestran que la exposición de bebés y mujeres embarazadas, ponen en riesgo a los bebés de nacer con daños cerebrales permanentes, pueden desarrollar autismo en niveles más altos que poblaciones donde las mujeres embarazadas no están expuestas al pesticida, e incluso, dijeron que el coeficiente intelectual de los niños se puede ver disminuido como consecuencia de ser expuestos al pesticida.
Las conclusiones de los científicos del Departamento de Regulaciones de Pesticidas se dieron a conocer en una audiencia a la que citó el Panel científico de Revisión del estado.
Después de que se dieran a conocer los resultados científicos, Mar Weller codirector de la Coalición de Californianos por la Reforma de Pesticidas dijo: “Estamos muy contentos de que el estado por fin haya aceptado el consenso de científicos federales e independientes quienes han estudiado al clorpirifos por años, y han determinado que es peligroso para los cerebros de los niños que los daña severa e irreversiblemente”.
Con esto el Departamento de Regulación del Uso de Pesticidas tiene la autoridad para suspender de manera inmediata el uso en California del pesticida, sin embargo, también tiene que seguir el proceso de las regulaciones de Contaminantes Tóxicos del Aire, que otorgan un periodo de dos años para decidir como mitigar el riesgo de salud de los cerebros de los bebés.
Mientras se espera que e falló sea final, casi un millón de libras del insecticida se continuarán usando en California, en los campos de cultivo de comida cada año, exponiendo a miles de niños y mujeres embarazadas a un químico que puede dañar permanentemente el desarrollo del cerebro.
OTRA BATALLA MÁS GANADA
El jueves 9 de agosto, el Noveno Circuito de Apelaciones ordenó que la Agencia para la Protección del Medio Ambiente, prohíba el uso de otro pesticida: el neurotóxico.
Éste ha sido vinculado con daños cerebrales en los niños y afecta también a trabajadores agrícolas, y es igual de peligroso como el clorpirifos.
LULAC, La Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos, liderando a una decena de grupos cívicos, ecologistas, había presentado una petición a la sala del Noveno Circuito, acompañada por el apoyo de los fiscales generales de 7 estados de la Unión Americana, incluidos California más el Distrito de Colombia.
De esta forma, la EPA tiene 60 días para implementar la orden judicial, que está dando al traste con la intención de la actual administración de invalidar una recomendación que en el 2015, la administración Obama había emitido para prohibir el uso del pesticida.
“Sin duda que son buenas noticias, pero no podemos confiarnos”, expresó Adam Vega, activista en pro de una reforma en el uso de los pesticidas que trabaja para CA– USE.
De acuerdo a Vega, ellos han pedido una audiencia con los dos Comisionados de Agricultura, tanto del condado de Ventura, como del condado de Santa Bárbara para saber cuál es su postura ante la orden judicial emitida por la sala del Noveno Circuito de Seattle.
“Sin embargo, asegura que la respuesta que hemos obtenido en ambos casos, es que van a esperar a que el Departamento de Justicia concluya la revisión de la orden judicial y entonces saber cual va a ser también la postura de la EPA y finalmente, actuar de acuerdo con lo que se tenga que hacer, pero lo que nosotros estamos pidiendo a ambos comisionados, es que no esperen más y pongan en efecto la ordenanza del juez federal y prohíban el uso del clorpirifos en el estado de California”, sostuvo Vega.
Por su parte Mark Weler de la Coalición de California para una Reforma en el Uso de Pesticidas también expresó su beneplácito por la orden judicial, pero expresó su desconfianza de lo que pueda pasar en el futuro inmediato.
Al mismo tiempo, Vega también expresó sus dudas, afirmando que la compañía productora de los pesticidas que usan el clorpirifós, no van a darse por vencidos tan fácil, e intentarán presentar estudios de sus propios científicos que muestran que el pesticida no presenta ningún riesgo para la salud y por lo tanto, desafiar la ordenanza judicial.
Esta táctica, es clásica cuando las grandes corporaciones se enfrentan a sanciones o bloqueos de esta índole, por lo que habrá que esperar a la decisión final de un tribunal, que muy probablamente sostendrá el bloqueo inicial.
Varias batallas han sido ganadas por los grupos ambientalistas y en defensa de los trabajadores agrícolas que con mucha frecuencia se ven expuestos a los efectos de los pesticidas, fertilizantes y más productos químicos que se usan en la agricultura, pero pudiera ser, que en lo que respecta al clorpirifos, aún no se haya ganado la guerra, a pesar de tener la razón y la orden judicial del Noveno Circuito.