Por Agencias
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Octava victoria de los Rockets y aviso a los equipos que están por encima de ellos, aún undécimos, en la Conferencia Oeste: hay rival por el ‘play-in’.
Las posiciones parecían estabilizadas en la Conferencia Oeste de cara a la continuación de la competición más allá de la fase regular de la NBA. Diez equipos seguirán el camino y cinco no lo harán; seis esperarán a que entre los otros cuatro se resuelvan los propietarios de los dos últimos billetes. Y tendremos playoffs. Nuggets, Thunder, Pelicans, Timberwolves, Kings, por encima; Lakers, Warriors, pasándolo peor. Pero hay un nuevo invitado a esta fiesta. No se contaba con él porque andaba a cierta distancia de la décima plaza hace pocas fechas, no era sencillo que se metiera en la pelea de nuevo, pero ahí está. Houston Rockets, después de ganar con extremada suficiencia a Utah Jazz por 147-119, se coloca con ocho triunfos consecutivos, un balance de 50% de victorias y derrotas a 35 tras 70 encuentros, y está a sólo un triunfo de los Warriors cuando todavía le quedan doce partidos de esta campaña que completar. Sólo los Celtics, líderes del Este, tienen una racha mayor: 9. Una fiesta anotadora, salpicada con 27 de 49 intentos por parte local, en el Toyota Center supone el paso definitivo de los de Udoka hacia la pugna por jugar la llamada postemporada: es el objetivo y van hacia él.
Los texanos se cargaron buena parte de la gracia de su encuentro del sábado en el primer cuarto. Sin dar opción a más. Un parcial de 47-21 rompió a los Jazz, que sí se han rendido este año y se centran en conceptos más allá del resultado. Después los Rockets no cayeron en ataque, se mantuvieron en la misma línea alegre y acertada, y no hubo más que hacer. Jalen Green (41) y Fred VanVleet (34) aportaron mano a mano y con similitudes, a puro triple -Green metió siete, VanVleet metió diez- desde sus posiciones de dirección en el exterior. La nota negativa es que de nuevo en un partido rocket tuvimos una pelea en cancha, esta vez con Jabari Smith implicado junto a Kris Dunn, y en la que incluso voló un puño. John Collins, con 25 tantos, fue el más destacado de Utah. Sin el turco Alperen Sengun, que estaba creciendo antes de lesionarse, Houston se ha terminado de soltar y es una amenaza para los Warriors en la clasificación y para los contrincantes con los que se medirán en lo que queda de curso. El Oeste es un fuego constante y no se apaga.
