Opinión

¿Porque volvemos a ganar el peso que perdimos y muchas veces regresa con creces? 

Diurka Sotomayor es una nutricionista graduada de la Universidad de Miami con casi 20 años de experiencia en el ramo de la nutrición y salud

Esto se debe a que después de una pérdida de peso nuestro metabolismo se ajusta y se hace más lento, favoreciendo un mayor incremento de peso. 

Para entender esto, debemos comprender como metabolizamos las grasas y las distintas hormonas que contribuyen a nuestro balance energético.

Almacenamos grasa en nuestro tejido adiposo, específicamente en nuestras células grasas.

Estas células se multiplican hasta que somos adolescentes, pero cuando consumimos más calorías de las que necesitamos, nuestras células grasas crecen en tamaño, estimulando su reproducción. 

Por ejemplo, las personas obesas tienen un mayor número de estas células, pero cuando pierden peso, reducen solo su tamaño, no el número de ellas. 

Esto hace que sea más fácil ganar el peso de vuelta pues el exceso de células grasas está esperando a ser llenadas rápidamente. 

Por el contrario, las personas con un numero normal de células grasas, pero grandes en tamaño, se les facilita más mantener la pérdida de peso pues solo tienen que reducir el tamaño de estas y no su cantidad. 

Se puede reducir el tamaño de estas células, pero una vez creadas, no se pueden eliminar. Por ello es importante prevenir la obesidad desde la niñez.

El cuerpo tiene distintos tipos de tejido adiposo. Por ejemplo, el tejido adiposo marrón nos hace quemar más energía y el tejido adiposo blanco nos hace conservar la energía y almacenar la grasa. 

Las personas obesas tienden a tener menos tejido marrón. 

Interesantemente, se ha descubierto que la actividad física puede transformar ese tejido blanco en marrón, acelerando así nuestro metabolismo.

Nuestro tejido adiposo genera hormonas que influyen en nuestro metabolismo como la Leptina. 

Cuando ganamos peso esta proteína se eleva suprimiendo nuestro apetito, y cuando perdemos peso se reduce estimulando el apetito. 

Sin embargo, constantes niveles altos de Leptina, como en el caso que se genera con la obesidad, hace que perdamos la sensibilidad a ella. 

Si esto ocurre, nuestro apetito aumenta y nuestro metabolismo se reduce a pesar de los altos niveles de esta hormona.

Otra proteína vinculada a el metabolismo es la Ghrelina.

 Esta se produce en las células del estómago y también estimula el apetito. 

Los niveles de esta hormona se elevan antes de las comidas y decrecen después de comer. Cuando reducimos nuestras calorías la Ghrelina incrementa y con ella nuestro deseo de comer. 

Interesantemente esta proteína también se eleva cuando no dormimos bien. 

Estos son uno de los muchos factores que ilustran la complejidad de mantener un balance metabólico. 

A su vez, muchas otras proteínas han sido vinculadas a la comida que ingerimos y la distribución de la grasa corporal. 

Variaciones en estas proteínas son afectadas también por nuestros genes y factores externos como la calidad de nuestras dietas, la actividad física, y hasta nuestro sueño. 

Esto explica porque es más difícil mantener el peso después de perderlo. 

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