Por Redacción
redaccion@latinocc.com
El presidente de Perú, José Jerí, afirmó el jueves que no renunciará a su cargo pese a la muerte de un manifestante durante las masivas protestas del miércoles en Lima, donde miles exigieron su salida y la derogación de leyes que, según expertos, favorecen a la delincuencia.
“Mi responsabilidad es mantener la estabilidad del país. Esa es mi responsabilidad y mi compromiso”, declaró Jerí a medios locales luego de asistir al Parlamento, donde anunció que pedirá facultades legislativas para endurecer las leyes contra el crimen.
La Fiscalía de la Nación informó que abrió una investigación por la muerte del cantante de hip hop Eduardo Ruíz, de 32 años, quien falleció por impacto de bala y fue trasladado sin vida al Hospital Arzobispo Loayza. Otro artista urbano, Luis Reyes, de 28 años, fue hospitalizado con una fractura craneal y se encuentra en coma inducido, según relató su tía a la prensa local.
Protestas masivas y denuncias de infiltración policial
Videos difundidos por medios locales y cámaras de seguridad muestran el momento en que Ruíz cayó al suelo tras un disparo en una calle de Lima. Testigos aseguraron que el autor del disparo era un civil que huía al ser acusado de ser un policía infiltrado entre los manifestantes.
Las televisoras también captaron a hombres vestidos de civil deteniendo a manifestantes y subiéndose con ellos a vehículos policiales. Sin embargo, el ministro del Interior, Vicente Tiburcio, negó a la radio RPP que existieran agentes encubiertos durante las protestas.
Las manifestaciones, protagonizadas por colectivos autodenominados Generación Z, se tornaron violentas frente al Congreso, donde los jóvenes quemaron una figura de cartón en forma de violín cubierta por una banda presidencial. La policía respondió con gases lacrimógenos y perdigones. Videos transmitidos por televisión mostraron a una agente apuntando su arma contra manifestantes que habían derribado su motocicleta.
La Defensoría del Pueblo reportó más de 100 heridos, incluidos 20 civiles y 80 policías. La Asociación Nacional de Periodistas de Perú denunció que seis comunicadores fueron alcanzados por perdigones y otros cuatro agredidos por agentes policiales mientras cubrían los disturbios.
Crisis política y cuestionamientos al presidente Jerí

Las protestas reavivaron recuerdos de las primeras movilizaciones contra la expresidenta Dina Boluarte, destituida la semana pasada después de perder el apoyo del Congreso. Boluarte gobernó desde diciembre de 2022 pese a más de 500 protestas y 50 muertes registradas durante su gestión.
Jerí, un legislador de 38 años que presidía el Parlamento, asumió la presidencia tras la destitución de Boluarte, pero enfrenta una creciente oposición. La Fiscalía lo investigó por presunta violación tras la denuncia de una mujer; el caso fue archivado en agosto, aunque sigue abierta la investigación contra un acompañante suyo. Durante las marchas, un grupo de mujeres gritaba: “El violador es Jerí”.
Los manifestantes también exigieron la derogación de seis leyes impulsadas por Jerí cuando era congresista. Según analistas, estas normas debilitan la lucha contra el crimen, ya que eliminan la detención preliminar sin flagrancia, impiden procesar partidos políticos como organizaciones criminales, y dificultan los allanamientos y la colaboración eficaz.
Perú atraviesa una ola de violencia sin precedentes. Los homicidios aumentaron de 676 en 2017 a más de 2,000 en 2024, mientras que las denuncias por extorsión se multiplicaron casi por diez, de 2,305 en 2020 a más de 21,700 el año pasado, según la Fiscalía.
Las protestas de la Generación Z comenzaron hace un mes, inicialmente para rechazar una ley de pensiones que obligaba a los jóvenes a realizar aportes obligatorios, reduciendo aún más sus ingresos. Aunque el Congreso finalmente derogó la medida, las manifestaciones evolucionaron hacia una expresión de descontento político y social contra un gobierno percibido como autoritario y alejado de la juventud.
