Presidente electo panameño deberá buscar consensos ante nueva conformación del Legislativo

Por Agencias
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Hasta hace algunos meses atrás ni siquiera pasaba por su cabeza que llegaría a ser presidente. Ahora debe prepararse para liderar a un país fragmentado políticamente que enfrenta grandes desafíos económicos, la crisis del agua en el Canal de Panamá y la creciente migración irregular por el Darién.

Mulino, un exministro de Seguridad del pasado gobierno de Martinelli (2009-2014) y quien sustituyó al exmandatario en la boleta a último momento luego de que éste fue inhabilitado tras confirmarse una condena en su contra por blanqueo de capitales, se impuso con el 34,32% de los votos tras escrutarse el 98,70% de las mesas de votación, una ventaja de 10 puntos porcentuales sobre el segundo Ricardo Lombana, del Movimiento Otro Camino, que se convirtió en la segunda fuerza política en la nación centroamericana.

El mandatario electo, de 64 años, llamó en su discurso de triunfo a la unidad nacional y prometió que en su gobierno, que debe iniciar el 1 de julio, no habría espacio para el revanchismo ni la persecución. Esto fue una referencia a las denuncias que por años ha recibido Martinelli en su contra en medio de procesos judiciales por corrupción.

Martinelli no pudo buscar un segundo mandato por los partidos Realizando Metas y Alianza luego de la confirmación de la condena en su contra por blanqueo de capitales. El expresidente, de 72 años, se refugió a inicios de febrero en la embajada de Nicaragua tras recibir asilo político y este año tendrá que enfrentar otro juicio relacionado por los sobornos entregados por la gigante de la construcción brasileña Odebrecht.

“Basta ya de llevar la venganza como gestión de gobierno… de justicia amañada, se acabó», afirmó Mulino luego de la victoria a sus partidarios, que coreaban “Libertad, Libertad” para Martinelli. “Se acabó la persecución política, la manipulación del Ministerio Público, la manipulación de los jueces y los magistrados”.

Mulino aseguró durante la campaña que ayudaría a Martinelli a salir de sus líos con la justicia.

“Tendrán un presidente de conciliación respetuosa”, prometió. “Voy a hablar con todos, a extenderles una mano amiga para concertar, no con ánimo de confrontación. Pero hay que enrumbar la nación, sin temor, consolidando las fuerzas políticas que respeten al pueblo”.

Su mensaje de unidad podría tener sentido puesto que contará con una Asamblea Legislativa unicameral —el órgano más cuestionado por escándalos de despilfarro y opacidad— sin mayoría.

Los partidos Realizando Metas, fundado por Martinelli, y Alianza que lo llevaron al triunfo apenas contarían con 15 de 71 curules. La nota sobresaliente la dieron los candidatos por la Libre Postulación que se están alzando con 21 puestos, lo que ha sido calificado como un triunfo y castigo al Legislativo tras protestas multitudinarias el año pasado contra un contrato gubernamental acordado con una mina de cobre canadiense que fue declarado inconstitucional y llevó al cierre de ese enorme proyecto.

El oficialista Partido Revolucionario Democrático (PRD), del mandatario saliente Laurentino Cortizo, sufrió no sólo un descalabro en la elección presidencial sino que sólo estaba sacando 12 curules, 23 menos que los logrados en los pasados comicios de 2019. El candidato oficialista José Gabriel Carrizo fue sexto con 5,83% de los votos. También perdía la alcaldía de la capital, el segundo puesto de elección popular más importante después del de presidente.

Las demás bancas legislativas se las repartían los partidos Cambio Democrático, de Rómulo Roux que terminó cuarto en la elección presidencial, su aliado Panameñista —ambos suman 16—, el Partido Popular que abanderó al expresidente Martín Torrijos, tercero en la presidencial, con dos y Molirena, aliado del PRD, con una. Mulino dijo que se comunicó con Carrizo y Roux tras la victoria.

“La difícil tarea de gobernar de Mulino se complicará aún más por el importante número de políticos independientes en la recién elegida Asamblea. Como reflejo de una tendencia regional más amplia, la política panameña está cada vez más fragmentada, a medida que los partidos tradicionales han quedado desacreditados y desintegrados”, dijo el analista de Diálogo Interamericano en Washington, Michael Shifter. “Las habilidades políticas de Mulino se verán seriamente puestas a prueba. Para llevar a cabo con éxito su agenda, necesitará formar un gobierno de unidad nacional y participar en un toma y daca con una amplia gama de fuerzas políticas diversas”.

Mulino deberá lidiar de entrada con una economía que luego de crecer más de 7,0% en 2023 se contraería este año 2,5% debido al cierre de la mina de cobre y a la crisis del agua que redujo por primera vez en la historia el tránsito por el Canal de Panamá. El nuevo líder ha prometido regresar a Panamá a los tiempos de la bonanza económica.

También ha dicho que buscaría frenar la migración irregular por la peligrosa jungla del Darién, fronteriza con Colombia, por donde cruzaron medio millón de personas el año pasado con rumbo a Estados Unidos.

En un mensaje de felicitación a Mulino, el secretario de Estado estadounidense, Anthony Blinken, dijo que de cara al futuro seguirán trabajando con Panamá “en nuestras metas comunes de crecimiento económico inclusivo y sostenible, fortalecer la seguridad ciudadana y cooperar para frenar la migración irregular a través del Darién”.