Presidente Lula anuncia su candidatura para un cuarto mandato no consecutivo en Brasil

“Tengo 80 años, pero pueden estar seguros de que tengo la misma energía que tenía cuando tenía 30. Y voy a postularme para un cuarto mandato en Brasil”, dijo Lula durante una conferencia de prensa en Yakarta, Indonesia, donde realiza una gira oficial por Asia.

El anuncio pone fin a meses de especulaciones sobre las intenciones del mandatario, quien había insinuado en varias ocasiones que su decisión dependería de su estado de salud y del contexto político del país.

Lula, líder histórico del Partido de los Trabajadores (PT), regresó al poder en 2023 después de 13 años fuera del Palacio del Planalto. Su victoria sobre el entonces presidente Jair Bolsonaro fue vista como un renacimiento político tras los años de persecución judicial que lo llevaron a prisión por cargos de corrupción, luego anulados por la Corte Suprema.

Aunque la Constitución brasileña limita a dos mandatos consecutivos, permite que un expresidente vuelva a postularse tras un periodo fuera del cargo, lo que deja la vía libre a Lula para una nueva candidatura.

El mandatario había asegurado en 2022 que ese sería su “último mandato”, citando su edad y la necesidad de una renovación política. Sin embargo, en febrero de 2023 reconoció que podría reconsiderar su decisión dependiendo de la coyuntura nacional.

“Si mi salud me lo permite y el pueblo brasileño lo desea, no descarto continuar el trabajo que iniciamos para reconstruir Brasil”, dijo entonces.

Actualmente, Lula encabeza todas las encuestas para las elecciones de 2026, aunque mantiene niveles de desaprobación cercanos al 50%. Su base de apoyo se sostiene principalmente en el nordeste del país y entre los sectores populares beneficiados por los programas sociales de su gobierno.

El anuncio de Lula coincide con una gira diplomática por Asia. Tras reunirse con el presidente indonesio Prabowo Subianto, el mandatario viajará a Malasia para participar en la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN).

Medios brasileños informaron que Lula se reunirá el domingo en Kuala Lumpur con el presidente estadounidense Donald Trump, con quien ha mantenido una relación tensa. Ambos líderes sostuvieron una llamada telefónica “conciliatoria” a inicios de este mes, luego de que Washington impusiera un arancel del 50% a las exportaciones brasileñas de acero y soja.

Analistas internacionales interpretan la reunión como un intento de Lula por estabilizar los vínculos comerciales entre ambos países, en un contexto en el que Brasil busca reforzar su papel como potencia regional y mediador en foros multilaterales.

“El viaje a Asia y el posible encuentro con Trump son movimientos estratégicos. Lula quiere proyectarse como un líder global del sur, capaz de dialogar tanto con Washington como con Pekín”, explicó el politólogo brasileño André Singer, exvocero del mandatario.

Aunque Lula ha insistido en que goza de buena salud, su edad y recientes problemas médicos alimentan las dudas sobre su capacidad para completar un nuevo mandato. A finales del año pasado, el presidente fue sometido a una cirugía de emergencia para tratar una hemorragia cerebral provocada por una caída doméstica.

Desde entonces, ha intentado mostrar vitalidad publicando videos de sus rutinas de ejercicio y actividades oficiales. “Estoy fuerte, preparado y con la misma pasión por Brasil que tuve en mis primeros días de lucha sindical”, declaró recientemente.

Sin embargo, figuras de la oposición y algunos sectores de su propio partido han pedido una transición generacional. “El PT necesita pensar en el futuro. Lula es un símbolo, pero el país debe mirar más allá de su figura”, dijo la diputada Gleisi Hoffmann, una de las principales aliadas del mandatario, durante una entrevista con medios locales.

En el ámbito político, la ausencia de un rival fuerte aumenta las posibilidades del presidente. Jair Bolsonaro, su principal contrincante en 2022, fue inhabilitado políticamente y condenado a 27 años de prisión por su intento de anular los resultados electorales. Cumple actualmente su sentencia bajo arresto domiciliario, aunque continúa ejerciendo influencia sobre sectores conservadores.

Los analistas coinciden en que un nuevo candidato de la derecha dependerá del respaldo de Bolsonaro o del surgimiento de una figura independiente capaz de unificar a su electorado. “Sin Bolsonaro en la boleta, Lula parte con una ventaja clara”, señaló la encuestadora Datafolha en su último informe de proyección electoral.

Desde su primera llegada al poder en 2003, Lula ha sido una figura polarizadora. Admirado por su política social y sus esfuerzos para reducir la pobreza, también ha sido criticado por los escándalos de corrupción que salpicaron a su partido.

Durante sus tres mandatos, Brasil experimentó un crecimiento económico sostenido y un aumento del protagonismo internacional, aunque su administración también enfrentó crisis económicas y políticas profundas.

El nuevo intento de Lula por extender su legado plantea interrogantes sobre el futuro democrático de Brasil y sobre el equilibrio entre liderazgo histórico y renovación política.

“Lula representa tanto la memoria de los logros sociales de los años 2000 como las tensiones de una democracia aún en consolidación”, explicó la analista política Flávia Tavares. “Su candidatura, aunque legítima, obliga a reflexionar sobre la necesidad de alternancia en el poder”.

Con su popularidad en ascenso tras las medidas proteccionistas de Trump y la falta de una oposición cohesionada, Lula se encamina a una campaña electoral que promete marcar un nuevo capítulo en la historia política brasileña.