Por Redacción
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Donald Trump fue declarado ganador de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, consiguiendo 279 votos electorales, nueve más de los necesarios para asegurar la victoria.
En esta contienda, venció a la actual vicepresidenta, Kamala Harris, quien optó por no dar declaraciones mientras se finalizaba el conteo de votos. Trump, quien perdió frente a Joe Biden en 2020, hace historia al convertirse en el segundo presidente en gobernar durante dos mandatos no consecutivos, tras Grover Cleveland en el siglo XIX.
Sin embargo, su regreso al poder marca un momento mucho más relevante para la política estadounidense que esta peculiaridad histórica. Trump, quien alguna vez fue visto como un “outsider,” ha consolidado su liderazgo dentro del Partido Republicano, imponiendo una visión política que promete transformar las políticas nacionales y relaciones internacionales de Estados Unidos. A continuación, analizamos lo que podría traer este segundo mandato en temas clave como la inmigración, la economía, el aborto y la política exterior.
Inmigración y frontera: La “mayor deportación de la historia”
La inmigración ha sido uno de los temas centrales en la agenda de Trump, quien intensificó su discurso contra los inmigrantes durante la campaña. En declaraciones recientes, el presidente electo aseguró que la presencia de inmigrantes indocumentados en EE.UU. está relacionada con el aumento de la delincuencia y el alza en el precio de la vivienda, aunque datos oficiales contradicen estas afirmaciones. Sin pruebas, también afirmó que países como Venezuela están enviando a sus criminales y pacientes psiquiátricos a EE.UU.
Trump ha prometido implementar una “deportación masiva” de inmigrantes indocumentados, a quienes considera responsables de problemas económicos y de seguridad. De acuerdo con el centro de estudios Pew, en 2022 había aproximadamente 11 millones de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos. No obstante, expertos advierten que una deportación masiva podría no solo ser costosa y difícil de ejecutar, sino también tener consecuencias negativas en sectores como la agricultura y la construcción, donde los inmigrantes representan una parte significativa de la mano de obra.
El plan migratorio de Trump también incluye sellar completamente la frontera con México, continuar con la construcción del muro fronterizo y restablecer políticas como la que obliga a los solicitantes de asilo a esperar en México. Adicionalmente, ha planteado eliminar el derecho a la ciudadanía de los hijos de inmigrantes nacidos en suelo estadounidense, una medida que probablemente enfrentará desafíos legales.
Economía: Menos impuestos y más aranceles
El desempeño económico bajo la administración de Trump, antes de la pandemia, sigue siendo uno de sus principales puntos de apoyo en esta elección. Según una encuesta de Gallup realizada el 9 de octubre, el 54% de los votantes considera que Trump es el candidato más apto para manejar la economía. Entre sus propuestas para este segundo mandato, Trump planea recortar aún más los impuestos, especialmente los corporativos, y eliminar los impuestos sobre las propinas y sobre la Seguridad Social de los jubilados.
Trump también ha manifestado su intención de aumentar la producción energética nacional, apostando por los combustibles fósiles y proponiendo un arancel general del 10% al 20% sobre productos importados, medida que, según economistas, podría resultar en precios más altos para los consumidores. China sería el principal objetivo de estos aranceles, con un impuesto del 60% sobre las importaciones provenientes del país asiático y un plan para reducir la dependencia estadounidense de bienes esenciales producidos en China, una estrategia que podría tensar aún más la relación comercial entre ambos países.
Aborto: El impacto de una agenda conservadora
Trump ha sido un actor crucial en la actual situación de los derechos reproductivos en Estados Unidos. Durante su primer mandato, nombró a tres jueces conservadores en la Corte Suprema, lo que permitió la derogación del derecho federal al aborto en 2022. Desde entonces, 14 estados han prohibido el aborto casi por completo, mientras que en otros solo se permite hasta la sexta semana de embarazo, una restricción que muchos consideran extrema.
Si bien durante la campaña Trump no apoyó una prohibición nacional del aborto, su postura de dejar la regulación en manos de los estados representa un desafío significativo para los derechos reproductivos en el país. Las restricciones actuales han generado críticas incluso entre los votantes republicanos, quienes consideran que las prohibiciones han ido demasiado lejos y han causado daños, incluida la muerte de mujeres a quienes se les negó atención médica.
Política exterior: Aislamiento y enfoque en “Estados Unidos primero”
La política exterior de Trump sigue girando en torno al concepto de “Estados Unidos primero”. Su programa de gobierno, conocido como “Agenda 47,” se centra en evitar conflictos bélicos y priorizar los intereses estadounidenses en sus relaciones internacionales. Trump ha declarado que los países europeos, especialmente los aliados de la OTAN, deben asumir una mayor responsabilidad en su propia defensa, generando inquietud entre los líderes europeos, quienes temen que EE.UU. abandone su rol en la alianza.
Respecto a la guerra en Ucrania, Trump ha afirmado que esta podría haberse evitado y se ha comprometido a buscar una resolución rápida a través de un acuerdo negociado con Rusia. Sus críticos, sin embargo, temen que tal enfoque beneficie más a Moscú que a Ucrania. En cuanto a la guerra en Gaza, Trump ha expresado apoyo incondicional a Israel, aunque también ha instado al gobierno israelí a restaurar la estabilidad en la región. Además, ha prometido expandir los Acuerdos de Abraham, que establecen relaciones diplomáticas entre Israel y varios países árabes.
Un segundo mandato polarizador: Entre la restauración y el autoritarismo
En medio de la polarización, Trump y sus seguidores han enfatizado que su regreso al poder significa una oportunidad para “restaurar el gobierno del pueblo” y proteger la Constitución. Sin embargo, los demócratas sostienen que la negativa de Trump a aceptar su derrota en 2020 y su presunta participación en el asalto al Capitolio son indicios de una amenaza a la democracia.
Trump ha prometido tomar medidas para evitar que la burocracia gubernamental obstaculice su agenda, incluida la posibilidad de despedir a empleados de carrera y reemplazarlos por personas de su confianza. Para sus seguidores, esto permitirá una administración más coherente y efectiva; pero críticos, como la profesora Barbara Perry del Centro Miller de la Universidad de Virginia, advierten que tal movimiento podría socavar la independencia y experiencia de la administración pública estadounidense.
Con su regreso a la Casa Blanca, los estadounidenses podrán observar de primera mano si un segundo mandato de Trump traerá prosperidad o un aumento en las divisiones del país.