Aeropuertos de Estados Unidos reducen vuelos por falta de personal durante el cierre del gobierno

Por Redacción
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La FAA confirmó que reducirá el tráfico aéreo en un 10% en los aeropuertos con mayor volumen de operaciones, citando la necesidad de garantizar la seguridad en medio del creciente ausentismo del personal. Entre las terminales afectadas se encuentran las de Atlanta, Denver, Dallas, Orlando, Miami y San Francisco, además de varios aeropuertos en Nueva York, Houston y Chicago.

La medida llega en un momento crítico para la aviación estadounidense. Desde el inicio del cierre el 1 de octubre, miles de empleados federales han dejado de recibir pago, incluyendo a los controladores aéreos que trabajan largas jornadas y horas extras obligatorias para mantener las operaciones.
El administrador de la FAA, Bryan Bedford, señaló que la agencia se ve obligada a actuar para evitar que el agotamiento del personal comprometa la seguridad. “No podemos ignorar lo que está ocurriendo. Estamos en un territorio desconocido en términos de cierres de gobierno”, declaró Bedford el miércoles.

La falta de personal ha provocado demoras y cancelaciones en distintos puntos del país. Según estimaciones de la firma Cirium, hasta 1,800 vuelos diarios —que equivalen a más de 268,000 pasajeros— podrían verse afectados si la crisis se prolonga. Aunque las aerolíneas suelen cancelar miles de vuelos durante tormentas invernales, la diferencia es que esta interrupción no tiene una fecha de término definida.

El secretario de Transporte, Sean Duffy, advirtió que el país podría enfrentar un “caos en los cielos” si el cierre continúa hasta que los controladores pierdan un segundo cheque de pago. “Algunos podrán resistir un pago perdido, pero no más de eso”, afirmó Duffy, quien también indicó que se reunirá con los ejecutivos de las aerolíneas para coordinar las reducciones.

Las aerolíneas comerciales están tratando de reducir el impacto en los viajeros. United Airlines anunció que concentrará los recortes en rutas regionales que utilizan aviones más pequeños, mientras que Delta Air Lines y American Airlines ofrecieron reembolsos incluso a quienes adquirieron boletos no reembolsables. Frontier Airlines recomendó a los pasajeros comprar boletos de respaldo con otras compañías para evitar quedar varados.

“Estamos haciendo todo lo posible para minimizar las interrupciones”, dijo un portavoz de Delta. Sin embargo, la falta de personal en torres de control y centros regionales sigue causando retrasos y cancelaciones que afectan especialmente los vuelos nocturnos y de conexión.

Los sindicatos de aviación y las asociaciones de viajes han intensificado la presión sobre el Congreso para que se ponga fin al cierre, que ya es el más largo en la historia de Estados Unidos. Geoff Freeman, presidente de la Asociación de Viajes de Estados Unidos, advirtió que la situación “está dañando la confianza en la experiencia de vuelo y forzando decisiones operativas difíciles que perjudican a los pasajeros y a la economía”.

El cierre del gobierno ha creado un efecto dominó: además de los retrasos, los aeropuertos enfrentan menor capacidad de respuesta ante emergencias, inspecciones técnicas aplazadas y capacitación suspendida para nuevos controladores. Según la Asociación Nacional de Controladores de Tráfico Aéreo, algunos empleados trabajan turnos de hasta 12 horas, seis días a la semana, sin tiempo suficiente para descansar o buscar ingresos alternativos.

El pasado fin de semana se registraron algunos de los peores problemas de personal desde el inicio del cierre. Un análisis de los planes de operaciones del Centro de Comando del Sistema de Control de Tráfico Aéreo mostró que al menos 39 instalaciones reportaron limitaciones de personal entre el viernes y el domingo, una cifra mucho mayor que la habitual antes de la crisis.

Bedford reconoció que las reducciones de vuelos son una medida temporal, pero advirtió que podrían ampliarse si no se restablece el presupuesto federal.

Mientras la administración Trump mantiene la presión sobre el Congreso para reabrir el gobierno, millones de viajeros enfrentan incertidumbre sobre sus planes. Sin una resolución inmediata, los cielos de Estados Unidos podrían volverse más caóticos en los próximos días.