Por Agencias
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Solemos ver los problemas económicos que enfrentamos como fenómenos particulares: inflación, falta de inversiones, bajo crecimiento, crisis financieras… Pero, ¿podrían ser apenas el reflejo de un modelo general equivocado?
Esto es exactamente lo que plantea Andrew Smithers, un economista experto en Wall Street y autor de uno de los mejores libros de economía en 2022 según el diario británico Financial Times.
Smithers sostiene que, en vez de seguir una metodología científica donde la teoría se valida según la evidencia, los economistas tienden a insistir de forma dogmática con un modelo de consenso erróneo.
«Se parece un poco a una religión», dice Smithers en una entrevista con BBC Mundo.
Y cuestiona varios supuestos.
Uno de ellos es que los directivos de las empresas que cotizan en bolsa buscan maximizar el valor de sus activos.
En vez de eso, explica Smithers, procuran aumentar el valor de las acciones de sus compañías para mantener su propio empleo y recibir mejores remuneraciones en forma de acciones o bonus.
El modo en que lo logran es sacrificando las inversiones de las empresas que dirigen para recomprar acciones, incluso endeudándose, y así inflan su cotización en bolsa. Pero esto produce grandes riesgos para la economía, advierte Smithers.
Lo que sigue es una síntesis del diálogo telefónico con el autor de The Economics of Stock Market (La economía del mercado bursátil) y otros libros previos:
Usted lleva años estudiando y escribiendo sobre los mercados de valores. ¿Hay algo intrínsecamente erróneo en el funcionamiento de Wall Street y las bolsas en general?
No, no hay nada malo en el funcionamiento de los mercados de valores. El problema es que los economistas ignoran los mercados de valores y los datos que obtenemos de ellos. El problema no está en las bolsas; es la teoría económica, que está mal.
¿Por qué?
Básicamente, los economistas no han sido científicos en su enfoque de la economía. El resultado es que el modelo económico estándar es erróneo. Y cuando intentamos seguir ese modelo, nos encontramos con que la política económica es un desastre, como vemos actualmente.
De hecho, en su libro sostiene que el actual modelo económico de consenso carece de metodología científica y lo compara con una religión. ¿Por qué?
Por desgracia, se parece un poco a una religión, en el sentido de que la gente no cambia de opinión pese a las pruebas.
Lo que hago en el libro es demostrar que la teoría económica está equivocada y puede corregirse. Pero para ello hay que estudiar la evidencia, no ignorarla.
¿Podría dar un ejemplo de esto?
El modelo económico estándar asume cómo se comportan las empresas, en el entendido de que las personas que las dirigen ignoran el mercado de valores. Pero esto no es así.
La bolsa es absolutamente crucial para la forma en que la gente maneja las empresas, porque si no complacen al mercado bursátil pierden su trabajo.
Así que las gerencias están muy preocupadas por la bolsa. La suposición de que no les importa el mercado de valores conduce a una visión diferente de la economía mundial, fundamentalmente errónea.
Si los economistas cambian y empiezan a examinar los datos, verán que podemos construir un modelo de economía que funcione, el cual planteo en mi libro.
La teoría económica mala en la que se basan las personas que tratan de dirigir la economía, los bancos centrales y la gente del Tesoro, da lugar a una política errónea. Y hoy estamos sufriendo por esta mala política.
Uno de los supuestos que cuestiona es que los directivos de las empresas actúan para maximizar el valor presente de los activos de sus compañías. ¿En qué falla este concepto, conocido como «maximización del beneficio»?
El supuesto estándar es que cuando las empresas deciden si van a invertir en nuevos equipamientos, tratan de tener el mejor valor neto. Me refiero al valor subyacente de las empresas: no como se muestra en la bolsa, sino sumando el valor de sus activos
Pero no lo hacen. El resultado es que las suposiciones de los economistas sobre por qué la gente invierte son erróneas. Y una de las consecuencias es que tenemos muy poca inversión.
Es probable que la falta de inversión sea el problema más importante que sufrimos en este momento, aparte de los de corto plazo como la inflación . Y la inversión se puede estimular fácilmente cambiando los impuestos.
En este momento, los gobiernos del mundo gravan la inversión, lo cual es estúpido. Queremos más inversión, no menos. Si gravas algo, tendrás menos de eso. Así de simple.
¿Por qué los ejecutivos de las empresas actúan de ese modo que usted define como «cultura del bonus»?
Lo que ha ocurrido para empeorar las cosas recientemente —este fue el tema de mi anterior libro, Productivity and the Bonus Culture (Productividad y la cultura de los bonus)— es que en los años ’90 hubo una gran revolución en la forma de pagar a los gerentes corporativos. Esto cambió sus incentivos. Y cuando cambias los incentivos de la gente, cambias su comportamiento.
Por desgracia, este cambio de incentivos les llevó a invertir menos, no más. Así que una de las razones por las que hemos tenido un crecimiento tan pobre en el siglo XXI es porque los directivos se han visto alentados a invertir menos de lo que solían hacerlo, por el cambio en la forma en que se les paga. Ahora tenemos estancamiento donde antes había crecimiento.
Lo que señala es que los gerentes corporativos actúan con el objetivo de aumentar su remuneración en acciones…
Las principales fuerzas motrices de la mayoría de los directivos de empresas son, primero, conservar su puesto de trabajo y, segundo, ser bien pagados.
Y el modelo que propongo explica su comportamiento en términos de esos dos objetivos primarios.
¿Cuán extendido es esto?
El incentivo para estar bien pagado y asegurar tu trabajo creo que es bastante universal. Por supuesto, la forma de conservar tu empleo varía.
En una tiranía lo que más te preocupa es complacer al gobierno. En una economía libre, lo más importante es complacer a los accionistas.
¿Por qué esta «cultura del bonus» es un problema para la economía si al final los ejecutivos también ahorran para sus empresas?
La cultura del bonus no sólo deprime la inversión, sino también el ahorro de las empresas, porque las lleva a recomprar sus propias acciones: su dinero se destina a eso y no a adquirir nuevo equipamiento.
¿Y cómo afecta esto a la economía real en términos de productividad o crecimiento?
Afecta al crecimiento económico: cuanto menos se invierte, menos se crece.
Hay dos cosas que están reduciendo la inversión. Una es la elevada tributación de los beneficios, que no es pagada por los accionistas. El impuesto de sociedades es un impuesto sobre la inversión. Y tenemos poca inversión, así que deberíamos reducirlo e incentivar a la gente a que invierta más. Se hace fácilmente. Y el hecho de que no se esté debatiendo esto en el mundo es una tragedia.
Pero, ¿puede explicar cuál es el riesgo que ve para la economía real en este modelo?
El equilibrio es una economía en crecimiento, que tiene una inflación y un desempleo bajos o moderados. Ese equilibrio puede perderse de tres maneras.
En primer lugar, la demanda puede ser demasiado fuerte o débil. De este modo, o bien la oferta es limitada y los precios suben, o bien la oferta es demasiado escasa y se produce una recesión. El equilibrio de la demanda es una de las cosas a lograr.
Por otro lado está la oferta monetaria. Si de pronto se produce un enorme aumento de la oferta monetaria, luego tienes inflación. Y esto es lo que ha ocurrido recientemente.
Entonces, lo primero que hay que hacer es situar la demanda en el nivel adecuado. Segundo, debes hacerlo sin permitir que la oferta monetaria crezca demasiado rápido.
Y lo tercero es que no debes tener precios excesivos de los activos. Si tienes burbujas de activos, de repente colapsan como ocurrió en 2008 en el sector de la vivienda y bienes raíces.
Estamos en el proceso de tener una enorme burbuja en los precios de las acciones corporativas, lo que ya está causando problemas y creo que va a causar muchos más.
Así que precisas estas tres cosas: equilibrio en la demanda, en los precios de los activos y en la oferta monetaria. Esto es lo que los economistas no entienden.
La teoría estándar de la economía asume solo un equilibrio, que es el de la demanda. En la práctica, esto es erróneo y por lo tanto tenemos crisis, tanto de inflación como de inflación de activos.
¿Observa un riesgo de que estalle una burbuja bursátil?
Estamos asistiendo a la explosión de una. Tuvimos la primera etapa el año pasado, cuando el mercado cayó un 20%. Y el mercado aún está extremadamente caro.
Para reducir la oferta monetaria, los bancos centrales van a tener que reducir la entrada de dinero en el mercado de valores. Y ha sido este exceso de dinero el que ha hecho subir la bolsa.
Nadie conoce el futuro. Pero hay un riesgo muy alto de que tengamos otra caída importante en el mercado de valores. Y con ello tendremos otra gran crisis financiera.
¿A nivel mundial?
Si tenemos una gran crisis bursátil en Estados Unidos, afectaría a la economía mundial.
¿Cuán diferente que sería el valor del mercado bursátil si se midiera como usted propone, teniendo en cuenta los costes de reposición de los activos de las empresas?
Si el mercado bursátil se valorara correctamente, sería la mitad del nivel actual.
Las acciones en Wall Street han cotizado por encima del valor de los costes de reposición durante décadas, en parte debido al efecto de internet y las empresas tecnológicas. ¿Por qué la actual valoración de las acciones representaría un problema distinto al que hemos visto en el pasado reciente?
La sobrevaloración no se debe a las empresas tecnológicas. Es una sobrevaloración general de todo el mercado de valores.
¿Critica la forma en que ha actuado la Reserva Federal ante este riesgo?
Correcto. Pero no les culpo del todo.
La razón por la que su política ha sido errónea es porque se han basado en una mala teoría económica. No se puede dirigir bien una economía, a menos que se tenga una buena teoría.
Y los banqueros centrales han estado dirigiendo o intentando dirigir las economías del mundo basados en la teoría económica actual.
Lo que propone básicamente es un nuevo modelo económico que tenga en cuenta el peso de los mercados bursátiles en la economía real. Pero, ¿quién debería liderar este cambio, los economistas o los políticos?
Creo que no se puede esperar que los políticos entiendan lo que básicamente es un asunto muy técnico.
He intentado hablar aquí con sencillez y claridad. Pero el argumento detrás de esto es bastante complicado. Y quienes tienen que cambiar de mentalidad son los economistas.
La obstinación de los economistas frente a los errores de nuestro modelo es el problema básico que enfrentamos.
¿Lo que dice no tiene nada que ver con ideología política?
Así es. La ideología muchas veces estorba, pero la economía o es una ciencia o no es nada.
Y no hay más economía de izquierda o derecha que física o astronomía de izquierda o de derecha.
La gestión de la economía es un tema técnico, que requiere un enfoque no ideológico.
Y como a la gente le resulta muy difícil no introducir la política en la economía, éste es uno de los principales problemas que nos enfrentamos.
¿Cómo ha sido recibido su libro por el gran público en general y los economistas en particular?
Me resulta difícil decirlo. Me ha decepcionado la disposición de los economistas a debatir el asunto conmigo.
Estoy señalando que el sistema actual no es científico, pero no encuentro que la gente afirme que estoy equivocado. Prefieren no debatir el tema.