Por Agencias
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Este martes a la madrugada, por segunda vez en el año, millones de afortunados podrán ver el eclipse total de la «luna de sangre».
Si es tu caso, no te lo pierdas: este evento no se volverá a repetir hasta 2025, según la NASA.
El eclipse tendrá lugar el 8 de noviembre y será visible, al menos en parte, desde Norteamérica, el Pacífico, Australia y el este de Asia.
En Norteamérica comenzará un eclipse parcial a las 02:09 a.m. hora de Miami y será un eclipse total para las 03:16 a.m. El eclipse total finalizará sobre las 04:42 a.m., siempre hora de Miami, y luego volverá a una fase de eclipse parcial hasta las 05:49 a.m.
La visibilidad no será igual desde todo Estados Unidos: quienes viven en el este no podrán ver buena parte de la última fase de eclipse parcial porque para entonces ya se va a poner la Luna.
A diferencia de lo que sucede con los eclipses solares, no necesitas utilizar ninguna protección para ver el eclipse.
Sí es una buena idea tener a mano unos binoculares o un telescopio, si tienes acceso, ya que te permitirá disfrutar mejor del inusual evento.
La última vez que se registró un eclipse lunar de este tipo fue en mayo de este año, y fue visible desde Europa, África, Sudamérica y Norteamérica.
¿Cómo se producen estos eclipses lunares totales y por qué queda una «luna de sangre»?
Los eclipses lunares totales se producen cuando la Tierra proyecta una sombra completa sobre la Luna, algo que según la agencia espacial ocurre una vez cada 1,5 años en promedio.
En estos casos, la Luna y el Sol quedan en lados opuestos de la Tierra.
Una de las preguntas comunes, según la agencia, es por qué no suceden todos los meses ya que la Luna completa una órbita alrededor del planeta cada 27 días.
«La razón es que la órbita de la Luna alrededor de la Tierra está inclinada con respecto a la órbita de la Tierra alrededor del Sol, por lo que la Luna pasa a menudo por encima o por debajo de la sombra de la Tierra. Los eclipses lunares sólo son posibles cuando las órbitas se alinean de manera que la Luna está directamente detrás de la Tierra en relación con el Sol», explica.
Mientras sucede el eclipse total, la Luna adquiere un tono rojizo por la «refracción, filtración y dispersión de la luz por parte de la atmósfera terrestre», dice la NASA.
La dispersión es el mismo fenómeno que ocurre en los amaneceres y atardeceres.
Lo que sucede es que la luz solar choca con los gases de la atmósfera terrestre y ahí la luz azul se filtra, porque tiene una menor longitud de onda, pero la roja no se dispersa porque su longitud de onda es mayor.
«Parte de esa luz roja se refracta al atravesar la atmósfera terrestre y acaba brillando sobre la Luna (…). El grado de enrojecimiento de una Luna totalmente eclipsada puede verse influido por las condiciones atmosféricas resultantes de erupciones volcánicas, incendios y tormentas de polvo», dice la agencia.