Todo lo que comienza debe terminar y ese es el caso del año escolar 2014-2015, el cual está por concluir.
Muy pronto, los maestros comenzaran a limpiar el salón de clases, lo que significa que mandaran a casa todos los trabajos que han realizado los niños durante los últimos 9 meses, así como también los libros, cuadernos, dibujos, arte, etc.
¿Qué hacemos con todo ese papelero? ¿En dónde lo ponemos?
No hay suficiente espacio en el apartamento o casa, y menos si tenemos varios hijos.
Durante estas fechas siempre recuerdo con mucha nostalgia a un estudiante que tuve hace varios años.
Recuerdo que todos estaban felices el día que les entregue sus cosas y proyectos.
El salón de clases se lleno de sonrisas y alegría, porque era un gusto ver como los niños miraban sus trabajos y recordaban cuando los realizaron y todo el trabajo y esmero que esto les tomó.
En esa ocasión pusimos, todo en una bolsa y al sonar la campana los niños se fueron a casa cargados de cosas.
Continúe limpiando mi salon de clases, que tenía unas flores secas y decidí tirarlas en el bote de basura grande afuera del salón, sin embargo al asomarme al bote de basura me lleve una sorpresa mayúscula… Ahí estaba la bolsa con los proyectos de ese estudiante.
Saque la bolsa de la basura y me la lleve al salón de clase, al revisarla, no me sorprendió ver a quien pertenecía.
Ese niño siempre hacia las cosas sin esfuerzo y le faltaba dedicación y empeño.
Necesitaba ayuda académicamente y parecía no importarle nada.
Al día siguiente, hable con el niño discretamente y le pregunte por qué había tirado todos sus trabajos al a basura.
Me contestó, “es que dice mi mamá que no quiere que traiga tanto papelero a la casa. ¡Que es pura basura!”.
¿Basura los trabajos de su hijo?
¿Basura lo que realizó en clase?¿Basura su aprendizaje?
Por lo visto también la madre daba poco valor a las cosas.
¿Para qué esforzare en clase y hacer las cosas bonitas si a mamá no le gustan?
Saque algunos dibujos de la bolsa, tome cinta adhesiva y le pedí al niño que si me regalaba su dibujos. Confundido me dijo que si, entonces los coloque en mi escritorio y otro en la ventana del salón.
Cada mañana escuchaba al niño decirles a los demás amiguitos que el dibujo que estaba en la ventana era de él.
Que él lo había hecho. Sus ojitos le brillaban de gusto.
Cuando los niños traigan sus trabajos a casa no cometa los errores que la madre de ese pequeño hizo, así que no tire sus trabajos a la basura, ni mucho menos delante de ellos.
No se queje delante de los niños sobre la cantidad de papeles que traen a casa o que no tiene lugar para ponerlos.
Admire todos los proyectos.
Seleccione algunos dibujos y colóquelos en el refrigerador, en el cuarto de los niños, o en algún otro lugar que les recuerde que su esfuerzo no pasó de largo.
Con la tecnología avanzada que ahora tenemos, puede tomar fotos de los trabajos si no desea guardarlos todos.
Siéntase orgulloso de los trabajos que ellos realizan.
Pida que le expliquen que hicieron y que significan, porque si sus hijos ven que usted muestra interés por sus trabajos, ellos pondrán mas esfuerzo y empeño en hacerlos… no tire a la basura la educación de sus hijos. ν
La maestra Sonia Aguila es una experta en educación que enseña en la Escuela Canalino de Carpintería.