Europa evalúa la paz en Ucrania bajo liderazgo de EE.UU. mientras escalan las tensiones entre Moscú y Kiev


Por Redacción
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El encuentro se produce en un momento de alta tensión, marcado por acusaciones del Kremlin sobre un presunto ataque ucraniano con drones contra una residencia utilizada por el presidente ruso Vladímir Putin, afirmaciones que Kiev ha negado de forma categórica.


La reunión, que se realizará de manera virtual, convocará a varios de los mandatarios que participaron a principios de mes en las conversaciones celebradas en Berlín. Así lo confirmó el portavoz del gobierno polaco, Adam Szłapka, aunque no precisó la lista definitiva de participantes. Polonia ha asumido en los últimos meses un rol activo como interlocutor clave dentro de la Unión Europea en los debates sobre la guerra y la seguridad regional.


Este será el primer encuentro de líderes europeos desde que el presidente estadounidense Donald Trump recibió el domingo en su residencia de Florida a su homólogo ucraniano, Volodymyr Zelenskyy. Tras esa reunión, Trump afirmó públicamente que Moscú y Kiev están “más cerca que nunca” de alcanzar un acuerdo de paz, aunque reconoció que aún persisten obstáculos significativos que podrían frustrar cualquier entendimiento.


La nueva ofensiva diplomática impulsada por Washington busca capitalizar el desgaste político y militar generado por una guerra que ha transformado el mapa de seguridad europeo y ha tensado las relaciones entre Rusia y Occidente. Sin embargo, el optimismo expresado por Trump contrasta con la creciente escalada retórica entre Moscú y Kiev en las últimas horas.


Funcionarios rusos aseguraron que Ucrania intentó lanzar un ataque masivo con 91 drones de largo alcance contra una residencia presidencial situada en el noroeste de Rusia, poco después del encuentro entre Trump y Zelenskyy. El Kremlin presentó el supuesto incidente como un intento deliberado de sabotear las iniciativas de paz promovidas por Estados Unidos.


“No me gusta. No es bueno”, dijo Trump el lunes, luego de que Putin lo informara por teléfono sobre el presunto ataque.


Desde Kiev, la respuesta fue inmediata. El ministro de Exteriores ucraniano, Andrii Sybiha, rechazó de plano la versión rusa y subrayó que Moscú no ha presentado ninguna prueba creíble que respalde sus afirmaciones. “Tal ataque no ocurrió”, escribió el funcionario en la red social X.


“Rusia tiene un largo historial de afirmaciones falsas”, agregó Sybiha, al recordar que el Kremlin negó repetidamente su intención de invadir Ucrania antes de lanzar la ofensiva a gran escala el 24 de febrero de 2022.


El presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy calificó la acusación como “otra mentira” diseñada para socavar los esfuerzos diplomáticos en curso y generar desconfianza entre los aliados occidentales.


El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, defendió la postura rusa y afirmó que el supuesto ataque tenía como objetivo “frustrar los esfuerzos del presidente Trump para promover una resolución pacífica” del conflicto. Sin embargo, evitó aclarar si Moscú presentará evidencias materiales, como restos de drones o informes técnicos verificables.


“No creo que sea necesario presentar ninguna evidencia aquí”, declaró Peskov, señalando que cualquier investigación corresponde exclusivamente a las fuerzas armadas rusas.


La falta de pruebas públicas ha incrementado el escepticismo entre gobiernos europeos y analistas internacionales. Durante la guerra, ambos países se han acusado mutuamente de ataques que no siempre pueden ser verificados de manera independiente debido a la intensidad de los combates y a las restricciones de acceso a las zonas afectadas.


La residencia mencionada por el Kremlin se encuentra en la región rural de Novgorod, cerca de la ciudad de Valdai, a unos 400 kilómetros al noroeste de Moscú. La zona alberga Dolgie Borody, una de las residencias oficiales de la presidencia rusa, utilizada históricamente como retiro vacacional por altos funcionarios desde la era soviética.


Mientras Washington impulsa contactos directos con Kiev y Moscú, los líderes europeos observan el proceso con cautela. Algunos temen que un acuerdo apresurado, sin garantías claras para Ucrania, pueda consolidar las ganancias territoriales rusas y sentar un precedente preocupante para la seguridad continental.
El Instituto para el Estudio de la Guerra, con sede en Washington, advirtió que desde que Trump relanzó su ofensiva diplomática a comienzos de año, el Kremlin ha intentado retrasar las negociaciones para prolongar el conflicto y evitar nuevas medidas de presión por parte de Estados Unidos.


“El Kremlin ha buscado ganar tiempo para continuar su guerra sin interrupciones y obtener concesiones adicionales”, señaló el grupo en un análisis reciente.
La guerra en Ucrania ha causado decenas de miles de muertes, millones de desplazados y un profundo impacto económico y político en Europa. La reunión virtual de líderes europeos será clave para definir una postura común frente a los esfuerzos de paz liderados por Estados Unidos, en un escenario donde las declaraciones optimistas chocan con una realidad marcada por la desconfianza y la confrontación.