Por Redacción
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Decenas de miles de personas han huido de incendios forestales descontrolados que, impulsados por los intensos vientos de Santa Ana, han arrasado viviendas y colapsado carreteras en Los Ángeles y sus alrededores.
Los bomberos luchan contra las llamas en múltiples frentes. En Pacific Palisades, las llamas devastaron un vecindario costero, destruyendo propiedades y forzando evacuaciones masivas. Carreteras como Palisades Drive quedaron bloqueadas por autos abandonados, lo que obligó a utilizar excavadoras para despejar el paso a vehículos de emergencia.
En Sylmar, un incendio iniciado la noche del martes provocó evacuaciones inmediatas. En tanto, otro siniestro en una reserva natural al noreste de la ciudad obligó a desalojar a residentes de un hogar de ancianos, entre ellos un hombre de 102 años, quienes esperaron en un estacionamiento mientras caían brasas a su alrededor.
Recursos al límite
El gobernador Gavin Newsom declaró el estado de emergencia y movilizó a más de 1,400 efectivos. Sin embargo, los fuertes vientos, que alcanzaron ráfagas de hasta 160 km/h, dificultaron las operaciones, ya que las aeronaves no pudieron volar por las condiciones climáticas. “De ninguna manera estamos fuera de peligro”, advirtió Newsom, señalando que los vientos continuarían hasta la madrugada del miércoles.
El presidente Joe Biden canceló una visita planificada a Riverside para permanecer en Los Ángeles, donde el humo era visible desde su hotel. Además, la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) aprobó una subvención para apoyar al estado en los costos de la lucha contra incendios.
Impacto masivo
Las llamas han consumido más de 16 kilómetros cuadrados combinados entre los incendios Eaton, Hurst y Palisades, dejando a su paso hogares destruidos y más de 13,000 estructuras en riesgo. En Malibú, los incendios dejaron a varias personas heridas por quemaduras.
Los servicios de emergencia informaron que cerca de 200,000 personas están sin electricidad en el condado de Los Ángeles debido a los vientos. Además, el calor extremo, la falta de lluvias y los notorios vientos de Santa Ana han agravado las condiciones, dificultando el control de las llamas.
Destrucción en zonas emblemáticas
En Pacific Palisades, un fotógrafo de AP documentó mansiones multimillonarias en llamas mientras helicópteros lanzaban agua desde el aire. Las llamas también alcanzaron la Villa Getty, donde se quemaron árboles, aunque la colección del museo permanece a salvo.
El Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles reubicó a estudiantes de tres escuelas en la zona, y varios estudios de cine cancelaron estrenos debido a los riesgos.
Las autoridades continúan trabajando sin descanso para contener los incendios, mientras los residentes afectados enfrentan la incertidumbre de no saber cuándo podrán regresar a sus hogares.
