Investigación demuestra que es posible regenerar el corazón humano con un parche de células madre

Por Redacción
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La investigación, liderada por el médico Wolfram-Hubertus Zimmermann, ofrece una nueva esperanza para millones de personas que sufren insuficiencia cardiaca avanzada.

En el verano de 2021, una mujer de 46 años con insuficiencia cardiaca grave recibió un parche experimental compuesto por 800 millones de células derivadas del cordón umbilical de una donante. Tres meses después, la paciente se sometió a un trasplante de corazón, lo que permitió a los científicos analizar directamente el órgano tratado. Los resultados, publicados en la revista Nature, confirman la viabilidad de esta innovadora estrategia.

La insuficiencia cardiaca afecta a más de 64 millones de personas en el mundo y, debido a la escasez de órganos donados, la mayoría nunca tendrá acceso a un trasplante. Zimmermann, investigador de la Universidad de Medicina de Gotinga, subraya que este tratamiento podría beneficiar a aquellos pacientes que no pueden recibir un nuevo corazón.

Desde marzo de 2021, al menos 15 personas han sido tratadas con estos parches celulares. Uno de ellos, Frank Teege, un hombre de 66 años, relató su experiencia: antes del procedimiento, su capacidad cardiaca era del 10%, pero tras la intervención mejoró significativamente hasta el 35%.

Este avance se basa en la reprogramación celular, un concepto desarrollado por el japonés Shinya Yamanaka, quien en 2012 recibió el Premio Nobel de Medicina. Yamanaka demostró que una célula adulta puede transformarse en un estado embrionario y luego convertirse en cualquier otro tipo de célula.

El biólogo Ignacio Rodríguez Polo, investigador en el Instituto Francis Crick de Londres, participó en el desarrollo de este tratamiento mientras realizaba su doctorado en el Centro de Primates de Alemania. Su equipo utilizó células madre para generar cardiomiocitos a partir de la piel de macacos y, en el caso de la paciente tratada, se usaron células obtenidas de un cordón umbilical donado.

Rodríguez Polo es optimista sobre el futuro de estas terapias. “Existen avances prometedores en la regeneración de otras partes del cuerpo, como la sustancia negra del cerebro en el párkinson o la degeneración macular del ojo”, explicó.

Si bien los resultados son alentadores, aún quedan interrogantes por resolver. Florian Anton Weinberger, investigador del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares en Madrid, reconoce la importancia del estudio pero señala que el mecanismo exacto de acción del parche aún no está claro.

Uno de los principales retos es la compatibilidad de las células injertadas con el tejido del paciente. Hasta el momento, ni en la paciente tratada ni en los 20 monos que participaron en los ensayos se han registrado efectos secundarios graves, como arritmias o tumores, lo que refuerza la seguridad del tratamiento.

Zimmermann reconoce que los pacientes que reciban estos parches necesitarán medicación de por vida para evitar el rechazo celular, pero considera que los beneficios superan los riesgos. “El desafío es manejable, especialmente cuando se trata de pacientes con una enfermedad terminal y alta mortalidad”, afirmó.

El estudio representa un paso crucial hacia la aplicación clínica de la regeneración cardiaca y podría marcar el inicio de una nueva era en el tratamiento de enfermedades del corazón.