Por Redacción
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Israel atacó el sábado una instalación de investigación nuclear en la ciudad iraní de Isfahan, en lo que las autoridades describieron como parte de una campaña más amplia para desmantelar el programa nuclear de la República Islámica. El ejército israelí también confirmó la muerte de tres altos comandantes iraníes durante ataques selectivos y anunció que se prepara para una campaña militar prolongada.
Testigos reportaron humo saliendo de una zona montañosa cercana a Isfahan en la madrugada del sábado. Un funcionario local iraní indicó que el blanco fueron dos sitios de producción de centrifugadoras. Este sería el segundo ataque israelí en la región desde que comenzó el conflicto el 13 de junio, como parte de un esfuerzo por debilitar la capacidad de Irán para enriquecer uranio.
Un alto oficial militar israelí, que habló bajo condición de anonimato, dijo que los ataques a instalaciones similares se han intensificado en días recientes. Aunque autoridades iraníes reconocieron daños en las instalaciones, negaron la existencia de víctimas mortales.
Por su parte, Irán respondió con una nueva oleada de drones y misiles, calificada por fuentes israelíes como una “pequeña andanada” que fue mayormente interceptada por sus defensas aéreas. Israel estima haber destruido más del 50% de los lanzadores enemigos, lo que habría limitado la magnitud del contraataque.
Escalada militar y ofensiva prolongada
El portavoz militar israelí, brigadier general Effie Defrin, declaró que el jefe del Estado Mayor, Eyal Zamir, ha ordenado al ejército prepararse para una “campaña prolongada” que incluirá ataques continuos contra instalaciones nucleares, centros de enriquecimiento e infraestructura de misiles iraníes.
“Estamos intensificando nuestros ataques noche tras noche y hemos logrado resultados sorprendentes”, dijo Defrin. “Continuaremos hasta que la amenaza sea eliminada”.
En uno de los ataques más significativos, Israel eliminó a tres de los líderes militares más importantes de Irán: el general Mohammad Bagheri, quien supervisaba las fuerzas armadas; el jefe de la Guardia Revolucionaria, general Hossein Salami, y el jefe del programa de misiles, general Amir Ali Hajizadeh.
La campaña de asesinatos selectivos continúa. Según el Ministerio de Defensa israelí, fue abatido un comandante de la Guardia que financiaba a Hamás y otro que dirigía la unidad de transferencia de armas de la Fuerza Quds. También fue asesinado un alto mando de la unidad de drones iraníes.
La Guardia Revolucionaria de Irán no ha confirmado la muerte de todos sus comandantes, pero medios locales reportaron explosiones y ataques en ciudades como Qom y el oeste del país.
Advertencias internacionales y respuesta de Irán
Durante una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU, el director del Organismo Internacional de Energía Atómica, Rafael Grossi, advirtió sobre las consecuencias catastróficas de un ataque a la planta nuclear de Bushehr. Aseguró que un impacto directo en esa instalación liberaría altos niveles de radiactividad.
Hasta ahora, Israel ha evitado atacar directamente reactores nucleares, centrando sus ofensivas en instalaciones de enriquecimiento de uranio como Natanz, talleres cerca de Teherán, y el reactor de agua pesada de Arak.
La tensión diplomática sigue creciendo. Las negociaciones realizadas el viernes en Ginebra no produjeron avances significativos. El ministro de Exteriores iraní, Abbas Araghchi, reiteró que Teherán solo participará en conversaciones si cesan los ataques israelíes. En una cumbre islámica en Estambul, advirtió que una intervención militar de Estados Unidos sería “muy peligrosa para todos”.
Hasta ahora, el presidente Donald Trump no ha decidido si Estados Unidos se sumará militarmente a Israel, aunque indicó que tomará una decisión en las próximas dos semanas. Se considera que solo EE.UU. posee las bombas “antibúnker” necesarias para atacar instalaciones subterráneas como Fordo.
Desde el inicio del conflicto, al menos 722 personas han muerto en Irán, incluidos 285 civiles, según un grupo de derechos humanos con sede en Washington. En Israel, al menos 24 personas han perdido la vida como resultado de más de 1.450 misiles y drones lanzados desde Irán, la mayoría de los cuales han sido interceptados.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó que la operación continuará “todo el tiempo que sea necesario” para eliminar lo que considera una amenaza existencial: el programa nuclear iraní y su capacidad de ataque con misiles.
