La Casa Blanca descarta redadas migratorias en el Super Bowl con Bad Bunny, pero mantiene línea dura

Por Redacción
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La declaración fue hecha por la portavoz presidencial, Karoline Leavitt, durante una conferencia de prensa en la que se le preguntó directamente sobre la posibilidad de un operativo migratorio masivo en el evento deportivo más visto en Estados Unidos. “Hasta donde sé, no hay un plan tangible para eso en este momento”, dijo Leavitt.

El Super Bowl LVIX se celebrará el 8 de febrero en el Levi’s Stadium, en Santa Clara, California, y contará con Bad Bunny como protagonista del tradicional espectáculo musical de medio tiempo, lo que ya ha generado controversia entre sectores conservadores y seguidores de Trump.

La elección de Bad Bunny como artista principal del medio tiempo del Super Bowl marcó un hito histórico: será el primer latino en presentarse en solitario en este escenario. Sin embargo, su designación ha provocado reacciones encontradas en medio de la polarización política del país.

Bad Bunny, cuyo nombre real es Benito Antonio Martínez Ocasio, ha sido un crítico abierto de las políticas migratorias de Donald Trump. Durante su carrera musical ha utilizado letras y presentaciones para defender a la comunidad latina y ha expresado su oposición a las medidas de deportación masiva. En las elecciones presidenciales pasadas respaldó a la entonces candidata demócrata Kamala Harris.

La decisión de la NFL de colocarlo en el centro del espectáculo más mediático de Estados Unidos fue interpretada por algunos aliados de Trump como una afrenta cultural. Corey Lewandowski, asesor del Departamento de Seguridad Nacional, aseguró días antes que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) desplegaría agentes alrededor del estadio “porque no hay ningún lugar donde se pueda brindar refugio a quienes se encuentran en este país ilegalmente”.

Además, Lewandowski calificó de “vergonzoso” que Bad Bunny haya sido elegido para el espectáculo: “Es una vergüenza que hayan decidido elegir a alguien que parece odiar tanto a Estados Unidos para representarlos en el descanso del partido”.

Bad Bunny ya había tomado distancia del mercado estadounidense en su última gira mundial, titulada DeBÍ TiRAR MáS FOToS World Tour, donde excluyó a Estados Unidos de sus paradas. En entrevistas, el artista señaló que buscaba proteger a sus seguidores latinos de posibles redadas migratorias en sus conciertos.

Aunque la portavoz de la Casa Blanca intentó cerrar el debate sobre la posibilidad de redadas en el Super Bowl, dejó claro que la postura de la administración no ha cambiado: “La administración Trump siempre va a arrestar y deportar a los inmigrantes indocumentados cuando los encontremos”.

La declaración llega en un momento de tensiones políticas renovadas en torno a la inmigración. Trump ha intensificado el discurso contra la migración irregular y ha instruido a agencias federales a actuar con mayor agresividad en operativos dentro del país.

El mensaje de Leavitt contrasta con el de otros funcionarios, como Lewandowski, que sugirió un operativo específico en el marco del evento deportivo. Analistas consideran que estas señales mixtas reflejan la pugna dentro del propio gobierno sobre hasta qué punto usar la inmigración como eje político y cultural.

El Super Bowl, además de ser un evento deportivo, representa una vitrina global de la cultura estadounidense. En la edición de 2024, más de 120 millones de personas lo vieron en televisión y plataformas digitales, lo que multiplica la relevancia del debate sobre el mensaje que envía la elección de un artista como Bad Bunny en el actual clima político.

Organizaciones de derechos civiles han expresado preocupación por el uso del evento para operaciones migratorias. “Cualquier intento de convertir un espacio cultural de unidad en una herramienta de miedo sería devastador para la comunidad latina”, señaló en un comunicado la organización UnidosUS.

El senador republicano de Kentucky, Rand Paul, uno de los críticos más constantes de los excesos del Ejecutivo en materia de seguridad nacional, dijo que sería un error “utilizar un evento deportivo como pretexto para una redada masiva”. Aunque Paul no mencionó directamente el Super Bowl, ha advertido sobre los riesgos de un Estado que recurra a poderes extraordinarios para justificar acciones de control migratorio.

Mientras tanto, Trump ha evitado pronunciarse directamente sobre la participación de Bad Bunny, aunque ha compartido publicaciones en redes sociales de seguidores que rechazan la decisión de la NFL.

El espectáculo de medio tiempo del Super Bowl se ha convertido en un espacio cultural de gran resonancia política. En ediciones anteriores, artistas como Beyoncé, Shakira, Jennifer López y Eminem utilizaron sus actuaciones para enviar mensajes sociales o políticos.

La presencia de Bad Bunny añade una nueva capa al debate: su condición de primer latino solista en este escenario coincide con un momento en que el gobierno de Trump intensifica su agenda contra la migración y la comunidad latina en Estados Unidos.

La tensión es aún mayor considerando que el evento se llevará a cabo en California, un estado que ha chocado en múltiples ocasiones con las políticas de Trump en temas migratorios y que se ha declarado “estado santuario” para proteger a indocumentados.

Para muchos, el anuncio de que “no hay planes tangibles” de redadas es insuficiente, especialmente porque la administración ha demostrado que puede cambiar de postura rápidamente ante presiones políticas o situaciones mediáticas.

Por ahora, el foco seguirá puesto en cómo la Casa Blanca maneja el discurso y en cómo Bad Bunny aprovecha la plataforma del Super Bowl. El cantante ha mostrado en el pasado disposición a desafiar narrativas oficiales y a poner sobre la mesa la voz de la comunidad latina.

El 8 de febrero, millones de personas no solo estarán observando el desenlace deportivo entre dos equipos de la NFL, sino también un espectáculo de medio tiempo cargado de simbolismo político y cultural. Y aunque la Casa Blanca niega planes de redadas, la sombra de la política migratoria seguirá presente sobre el escenario de Santa Clara.