Por Agencias
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La Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) ha admitido este lunes que es “muy improbable” que pueda lanzar al espacio la misión de exploración de Marte Exomars, que había desarrollado junto a Rusia.
La razón son las sanciones económicas impuestas a este país por la Unión Europea (UE), y el contexto actual de guerra en Ucrania, según ha explicado el organismo en un comunicado.
Las medidas coercitivas de la UE incluyen restricciones a la exportación de componentes electrónicos necesarios para el desarrollo de satélites y sondas espaciales.
La ESA también ha “tomado nota” de la retirada del personal ruso del puerto espacial europeo de Kourou, en Guayana Francesa. Se trata de 87 personas que participaban en los lanzamientos de cohetes Soyuz.
“En respuesta a las sanciones de la UE contra nuestras empresas, Roscosmos suspende la cooperación con socios europeos en la organización de lanzamientos espaciales desde el cosmódromo de Kourou y retira a su personal, incluida la tripulación de lanzamiento consolidada de la Guayana Francesa”, anunció el sábado la agencia espacial rusa.
El director de la agencia rusa, Dimitri Rogozin, también señaló que la participación de Estados Unidos en la misión Venera D a Venus sería “inapropiada”.
El movimiento de Rusia deja a la UE y a Europa sin uno de los cohetes que utilizaban de forma habitual para lanzar al espacio satélites y sondas robóticas.
Tras esta decisión, la ESA asegura que analizará los próximos lanzamientos previstos para intentar sustituir los cohetes rusos por otros artefactos, en especial el cohete Vega C, ya en operación, y el Ariane 6, cuyo primer vuelo estaba previsto para la segunda mitad de este año.
“Vamos a implementar al completo las sanciones impuestas a Rusia por los Estados miembros de la ESA”, señala el comunicado de la agencia, emitido después de una reunión de urgencia de sus 22 miembros, incluida España.
La organización está “analizando las consecuencias” de estas sanciones en sus proyectos actuales de cooperación con Rusia.
La ESA asegura que sus decisiones irán alineadas con las de los gobiernos de los países miembros y “en coordinación” con las empresas y sus socios internacionales, en especial con la NASA en la operación de la Estación Espacial Internacional (ISS), añade el comunicado.
Precisamente la estación es por ahora uno de los pocos proyectos de cooperación que parecen salvarse de las consecuencias de la guerra y las sanciones.
“Roscosmos continúa cumpliendo sus obligaciones para el correcto funcionamiento de la ISS y también seguimos trabajando para mantener los acuerdos de vuelos tripulados”, según ha explicado a este diario un portavoz de la agencia espacial rusa. Del mismo modo, la NASA confirmó la semana pasada que su participación en este puesto avanzado espacial no ha cambiado a pesar de las sanciones.
El viernes, el jefe de Roscosmos hizo unas declaraciones incendiarias a raíz de la primera tanda de sanciones impuestas por la UE y Estados Unidos.
“Si Estados Unidos bloquea la cooperación con nosotros, ¿quién salvará a la ISS de una caída sobre Europa?”, espetó.
La retirada rusa de Kourou tiene un impacto directo en varias misiones espaciales que iban a lanzarse en los próximos meses, como la puesta en órbita de dos satélites de la constelación europea de posicionamiento Galileo prevista para abril.
También en el alero quedaría el lanzamiento del telescopio espacial Euclid, una misión de la ESA para estudiar la energía oscura que tenía un coste de unos $850 millones de euros y cuyo despegue estaba previsto para febrero de 2023 a bordo de un Soyuz.