Llega el fin del “penny”, la moneda de un centavo en Estados Unidos

Por Redacción
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La Casa de la Moneda de Filadelfia acuñará el miércoles el último centavo en circulación. La decisión, impulsada por el presidente Donald Trump, responde a que el costo de producción de cada moneda —casi cuatro centavos por unidad— supera con creces su valor nominal.

La Casa de la Moneda de Estados Unidos ha producido “pennies” desde 1793, un año después de que el Congreso aprobara la Ley de Monedas. Aunque hay miles de millones en circulación, su uso se ha vuelto prácticamente innecesario en la era digital y las transacciones electrónicas.

Pese a la lógica económica de la medida, muchos estadounidenses sienten nostalgia por la pequeña moneda de cobre. Algunos la ven como un símbolo de suerte o un objeto de colección.

Sin embargo, para comerciantes y consumidores, la transición ha sido confusa. En las últimas semanas, varios minoristas reportaron escasez de centavos y criticaron la falta de orientación del gobierno federal sobre cómo manejar el cambio en efectivo.

Algunos negocios decidieron redondear precios a la baja para no perjudicar a los clientes, mientras otros ofrecieron incentivos —como bebidas gratis— a quienes pagaran con monedas. “Hemos estado abogando por la abolición del centavo durante 30 años, pero esta no es la forma en que queríamos que sucediera”, declaró Jeff Lenard, portavoz de la Asociación Nacional de Tiendas de Conveniencia.

A medida que las existencias se agotan, algunos bancos comenzaron a racionar las monedas, un efecto paradójico de eliminar lo que muchos consideran un exceso. Durante el último siglo, aproximadamente la mitad de las monedas fabricadas en las Casas de la Moneda de Filadelfia y Denver han sido centavos.

El secretario del Tesoro, Scott Bessent, y el tesorero, Brandon Beach, asistirán a la ceremonia de acuñación final en Filadelfia. El Departamento del Tesoro estima que dejar de producir el “penny” generará un ahorro anual de 56 millones de dólares en materiales.

Aunque el “penny” desaparece por su bajo valor, otras monedas también cuestan más de lo que valen. Fabricar un “nickel”, equivalente a cinco centavos, cuesta cerca de 14 centavos, mientras que el “dime”, de 10 centavos, requiere menos de seis centavos de producción. El “quarter”, de 25 centavos, cuesta alrededor de 15 centavos fabricar.

Pese a ello, el gobierno no planea eliminarlas por ahora. El fin del “penny” marca, no solo el cierre de un ciclo histórico, sino también un paso simbólico hacia una economía estadounidense más digital y menos dependiente del efectivo.