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Los amos del bosque

Por Luis A. Cervantes
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No porque la mayoría de la gente no crea en la existencia de seres mitológicos, estas van a dejar de existir.

En las profundidades de los océanos, ríos y lagos, en las cimas de las montañas más elevadas, en la profunda espesura de las selvas, en el inhóspito interior de los desiertos, en la oscuridad de las cavernas y grutas o en las entrañas de los bosques; habitan criaturas, las cuales es mejor no molestar.

Hace un par de décadas durante las vacaciones de verano un grupo de amigos universitarios planearon ir de campamente, el lugar elegido: algún paraje de los hermosos bosques de Washington State.

Aquel soleado día de agosto, los 6 amigos instalaron sus casas de campaña junto al lago Sammamish; 

Una vez establecido el campamento decidieron salir a dar un paseo, no habían avanzado más de 50 metros cuando encontraron en el lodo a las orillas del lago huellas enormes.

Todos se emocionaron y empezaron a hablar sobre la posibilidad de que aquellas huellas pertenecieran al mítico “Big Foot” o “Pie Grande”.

Mayor fue su sorpresa cuando a la distancia observaron a un pequeño primate, de a lo mucho 1.5 metros de altura (eso sí con unos pies enormes), que con un rudimentario arpón de madera pescaba en el lago.

De inmediato se escondieron para no espantar a la criatura, dos de los jóvenes regresaron al campamento por un par de cuerdas, algunas mantas, un par de cuchillos y algunas barras de acero como armas, para utilizarlas en caso de ser necesario.

Una vez que regresaron, los ingenuos muchachos se abalanzaron sobre la distraída creatura, que al verse sorprendida no supo cómo reaccionar y fue presa fácil para sus captores.

Uno de los jóvenes recapacito y les dijo a sus amigos que lo que estaban haciendo no era lo correcto, tratando de convencerlos de que dejaran libre al asustado primate.

Pero la codicia ya había conquistado el pensamiento de sus amigos, quienes ya empezaban a visualizar las millonarias cantidades de dinero que recibirían de alguna televisora, por darles la premisa del hallazgo zoológico del siglo.

Pero sus sueños de fama y fortuna pronto terminarían, su fechoría casi instantáneamente sería castigada por los amos de los bosques.

Una serie de poderosos y atemorizantes gritos mezcla de aullido y rugido, se empezaron a escuchar, acompañados por el crujir de ramas, que eran trozadas por criaturas que se movían hábilmente entre el espeso follaje del bosque.

Los asustados jóvenes empuñaron sus escuetas armas, que de nada les sirvieron cuando fueron prácticamente descuartizados por 3 enormes y enfurecidos primates, de casi 2.5 metros de altura, cubiertos de grisáceo pelo, dueños de unos largos y poderosos brazos y enormes ojos amarillos.

Para sorpresa del joven que había tratado de ayudar a la pequeña cría, él no fue atacado, ni lastimado.

Se sabio y experimenta en cabeza ajena, respeta la voluntad de las creaturas que no quieren que su existencia sea conocida; que no te importe cuáles sean sus razones, no las molestes y ellas no te molestaran, si ignoras esto, el precio a pagar podría ser demasiado elevado, dicen los más viejos y sabios de lugares remotos, donde podrían existir otras criaturas.

Si tu no crees en la existencia de “Pie Grande”, ten en cuenta que se habla de él alrededor del mundo, “El Yeti” en Nepal, “Sasquatch” en Canadá, “Baxajaun” en el país Vasco en España, “Hibagon” en el Japón, “Mayakka” en la Florida, “Yowie” en Australia, “Carcancho” en Chile, “Los Patagones” y “Los Yoren”, es decir, tantas culturas ancestrales no pueden estar equivocadas.