Por Redacción
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Netflix anunció este viernes el mayor movimiento corporativo en su historia al llegar a un acuerdo para adquirir los estudios cinematográficos y televisivos de Warner Bros. Discovery, junto con sus activos de streaming, incluido HBO Max, por unos 83.000 millones de dólares. La compra coloca bajo el paraguas de Netflix algunas de las franquicias y propiedades más influyentes de Hollywood, desde Juego de Tronos hasta The Big Bang Theory, en un momento en que el mercado del streaming atraviesa su competencia más feroz.
La operación llega tras una intensa pugna entre gigantes del entretenimiento. Paramount Skydance y Comcast también presentaron ofertas para quedarse con Warner, pero Netflix se impuso con una propuesta de 27,75 dólares por acción, lo que representa una prima cercana al 12% respecto al cierre en bolsa del jueves. El acuerdo valora la empresa en 82.700 millones de dólares, una cifra que reconfigura el panorama global del entretenimiento digital.
Un golpe estratégico que redefine el catálogo de Netflix
La integración de Warner Bros otorga a Netflix acceso directo a una de las bibliotecas más extensas del sector, que incluye franquicias de DC Comics, clásicos como Casablanca y Ciudadano Kane y éxitos modernos como Harry Potter y Friends. Para Netflix, que inició su trayectoria como un servicio de alquiler de DVDs y evolucionó a líder mundial del streaming, la adquisición supone asumir por primera vez el control total sobre un estudio y su producción audiovisual.
Ted Sarandos, codirector ejecutivo de Netflix, celebró la operación al afirmar que combinar el catálogo de Warner con éxitos de la plataforma como Stranger Things y El juego del calamar “refuerza la misión de entretener al mundo”. La compañía, que recientemente ha apostado por transmisiones en vivo y producción propia, busca consolidarse frente a competidores como Disney+, Amazon Prime Video y la propia Paramount.
Los analistas señalan que la compra podría encontrar resistencia entre reguladores, debido a la fusión de dos plataformas dominantes del mercado estadounidense. No obstante, estiman que la unión podría traducirse en menores costos para los consumidores si Netflix decide agrupar bajo una misma suscripción los contenidos de ambas plataformas.
Tensiones en Hollywood y reclamos de los rivales
Warner Bros Discovery llevaba meses explorando una posible venta total o parcial de su negocio. Paramount y Comcast también pujaron por los activos, lo que generó tensiones entre las empresas interesadas. Paramount Skydance acusó a Warner de favorecer injustamente a Netflix, y en una carta dirigida al director ejecutivo David Zaslav, expresó preocupación por la transparencia del proceso de licitación. La compañía pidió la confirmación de que un comité independiente evaluaba las ofertas para evitar cualquier conflicto de interés.
Pese a las acusaciones, Netflix habría presentado la oferta más alta y con mayores garantías sobre el acceso continuo al catálogo de Warner. Mientras la noticia del acuerdo sacudió a la industria, un grupo de figuras destacadas de Hollywood instó al Congreso a vigilar la compra por su potencial impacto económico e institucional. La transacción, dicen, podría cambiar de forma irreversible la estructura del entretenimiento estadounidense.
Antes de completarse la venta, Warner Bros planea separar sus canales de cable, como CNN, TBS y TNT. Tras conocerse el acuerdo, las acciones de Warner subieron alrededor de 3,7% en operaciones previas a la apertura del mercado, mientras que las de Netflix registraron una ligera caída de 0,6%.
La adquisición no solo simboliza un giro estratégico profundo para Netflix, sino también una transformación histórica para Hollywood. El gigante del streaming, que creció apoyándose en contenido licenciado, toma ahora control de uno de los estudios más emblemáticos del cine y la televisión, un cambio que podría remodelar la competencia global del sector.
