Las expectativas estaban muy altas, pero el canadiense Denis Villeneuve demuestra con “Sicario” que sigue estando en el mejor momento de su carrera al volver a la carga detrás de la cámara con otro “thriller” dramático y asfixiante con su característico e impecable estilo personal.
En la línea de “Incendies” (2009) y la inmejorable “Prisioners” (2013), su nuevo film nos deja pegados a la butaca de principio a fin al hablar de otro tipo de crimen: el narcotráfico en la frontera entre México y los Estados Unidos.
Todo inicia durante una contundente redada del FBI en una casa en Chandler, Arizona, ahí ‘Kate Macer’ (una espectacular Emily Blunt que merecería obtener una nominación al Oscar por su increíble interpretación) descubre junto a su compañero ‘Reggie’ (Daniel Kaluuya) docenas de cadáveres escondidos dentro de las paredes del hogar, en la que es sin duda una de las mejores pero más duras escenas iniciales de un film en mucho tiempo.
El jefe de ‘Kate’, ‘Dave Jennings’ (Victor Garber), la recomienda a ‘Matt Graver’ (Josh Brolin), un agente especial de la CIA que está buscando a los responsables de los hechos (uno de ellos Manuel Díaz, el gran jefe del cártel) junto a su peculiar equipo.
‘Kate’, una idealista agente del FBI que, a diferencia de cinatas parecidas como “Traffic” (Steven Soderbergh, 2000), es el eje central de esta historia, se ofrece voluntaria a unirse al equipo, ya que su máxima ambición es acabar de una vez por todas con el crimen relacionado con el narcotráfico, llegar a la cima de este complejo entresijo y encontrar al culpable.
En el avión de camino a El Paso, Texas, ‘Kate’ conoce al compañero de Matt, ‘Alejandro’ (un inmenso y enigmático Benicio del Toro) y descubre que en realidad están yendo a Juárez, México, donde les será entregado ‘Guillermo’, uno de los hombres más importantes de ‘Díaz’.
La escena en la que llegan a Juárez es terrorífica por su realismo y sus crudas y violentas imágenes.
Para mí, sin embargo, la mejor set piece del film es cuando, al intentar regresar a los Estados Unidos, se quedan parados en medio de un puente lleno a reventar de automóviles y se dan cuenta de que distintos matones de los cárteles están intentando interceptarlos en el infernal atasco.
Una modélica orquestación de la acción en este laberinto de coches nos demuestra cómo Villeneuve esta rehaciendo las normas del nuevo “thriller hollywoodense”, que tanto tiene que ver con la dimensión política que tenía en la década de los 70.
Además, allí se consagra la relación del experimentado ‘Alejandro’ con ‘Kate’, que la aconseja sobre cómo actuar en situaciones límite para no morir en el intento.
Después de interrogar y torturar al capturado ‘Guillermo’, ‘Matt’ y ‘Alejandro’ descubren la localización del escondite de ‘Díaz’.
Mientras, ‘Kate’ se empieza a dar cuenta de que la forma de actuar de sus nuevos compañeros de trabajo choca con su forma de entender este oficio, en una estructura poliédrica muy compleja en la que todo se rige por intereses y actos inmorales, y en la que nada es lo que parece.
Cansada de que la mantengan en la oscuridad sobre los objetivos reales de la misión, ‘Kate’ entonces decide enfrentarse a ‘Alejandro’ y ‘Matt’ para obtener una explicación e intentar entender cuál es realmente el objetivo de la operación.
El film tiene una segunda mitad con un ritmo más pausado y un desenlace un tanto frustrante para el espectador medio que deseaba ver un típico thriller de acción «made in Hollywood», pero es que Villeneuve no pretende entretener de forma comercial a su creciente público (‘Sicario’ sólo costó 30 millones de dólares y ya ha recaudado ya más de 90, siendo su film más taquillero hasta la fecha).
El director tampoco pretende que su protagonista consiga su objetivo, ya que lo que desea es hacernos reflexionar sobre el mundo en que vivimos, cómo funciona y en cómo en tierra de lobos, solo un lobo puede sobrevivir. Por ello, ‘Sicario’ fue una de las películas que compitieron por la “Palma de Oro” en la última edición del “Festival de Cannes”.
Sin lugar a dudas, ‘Sicario’ es una de las mejores películas del año y de visionado obligado, aunque sea tremendamente desgarradora.
Como anécdota, decir que Benicio del Toro quiso reducir su diálogo al mínimo para mantener el misterio de su personaje y, según el director, finalmente eliminaron el 90% de sus frases.
A pesar de ello, acaba siendo el actor con las mejores frases del film.
Destacar por último que esta es la segunda colaboración de Denis Villeneuve con Roger Deakins, una leyenda viva de la fotografía que aporta unos encuadres, una luz, una maestría y una sensibilidad que unidas al sentido narrativo personal del director, a una magnifica y original banda sonora y a un perturbador diseño de sonido no dejarán a nadie indiferente.
Sin duda una película para no perderse. ν
Geoffrey Cowper es oriundo de Barcelona, graduado en Producción Cinematográfica de Barcelona y director de varios films, que ha presentado en numerosos festivales de cine.