China muestra señales de desaceleración económica en medio de tensiones comerciales con EE. UU.

Por Redacción
redaccion@latinocc.com

Los analistas habían proyectado un mayor dinamismo económico tras la reanudación parcial del comercio bilateral, pero los nuevos aranceles impuestos por ambos países —de hasta el 145% por parte de Washington y 125% por parte de Beijing— han empezado a generar efectos más contundentes en sectores clave de la economía china.

“El entorno externo está lleno de incertidumbre y riesgos crecientes”, dijo Fu Linghui, portavoz de la Oficina Nacional de Estadísticas. “La base para la recuperación económica nacional aún necesita consolidarse”.

Las ventas minoristas en abril subieron 5.1% respecto al mismo mes del año anterior, por debajo de la expectativa del 6% que preveían los economistas. Los hogares chinos, golpeados por la prolongada recesión en el mercado inmobiliario, han adoptado una postura cautelosa en su consumo, un fenómeno que ha reducido la demanda interna.

La caída en el índice de precios al consumidor, que retrocedió 0.1% en abril, también refleja la persistente debilidad del gasto. La deflación preocupa a las autoridades, ya que desalienta el consumo con la expectativa de precios más bajos en el futuro.

“El nivel general de precios es bajo, lo que ejerce presión sobre las operaciones de las empresas y afecta el empleo y los ingresos”, sostuvo Fu. “Es crucial promover una recuperación razonable de los precios”.

El crecimiento de la producción industrial también se desaceleró en abril, aumentando solo 6.1% frente al 7.7% registrado en marzo. Las tensiones comerciales, sumadas a las barreras arancelarias, continúan afectando las exportaciones.

No obstante, Fu indicó que la reciente tregua de 90 días en la guerra comercial, acordada entre Trump y líderes chinos, ha permitido cierto alivio en el flujo de exportaciones, especialmente en productos destinados a cumplir con la demanda estacional de regreso a clases.

“La tregua comercial ha sido conducente al crecimiento del comercio bilateral y a la recuperación global”, dijo.

Pese a ese alivio temporal, persiste la presión sobre la economía china, cuyas exportaciones han sido tradicionalmente un pilar clave del crecimiento. “China aún depende en exceso de sus exportaciones para absorber su sobrecapacidad industrial”, explicó Louise Loo, economista de Oxford Economics. “Esto, aunque impulsa el crecimiento, genera presiones deflacionarias persistentes”.

Las inversiones en activos fijos, como fábricas y maquinaria, crecieron 4% en los primeros cuatro meses del año, según los datos oficiales. Pero la inversión en propiedades descendió 10.3% interanual entre enero y abril, lo que evidencia una continua debilidad en el mercado inmobiliario.

Los precios de las viviendas nuevas también registraron ligeras caídas, lo que refuerza la percepción de incertidumbre entre inversionistas y compradores. El sector inmobiliario representa una porción significativa del patrimonio de los hogares chinos, y su deterioro incide directamente en la confianza del consumidor.

Del lado estadounidense, la guerra comercial también ha tenido efectos. La confianza del consumidor en Estados Unidos cayó en mayo por quinto mes consecutivo, según indicadores preliminares. Los temores de que los aranceles intensifiquen la inflación han afectado la percepción pública, especialmente entre consumidores de clase media.

Los funcionarios de ambos países continúan negociando un posible acuerdo permanente, pero los expertos advierten que el contexto geopolítico podría seguir tensando las relaciones comerciales, con consecuencias que trascienden ambas economías.