Por Redacción
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Han pasado cinco meses desde que Donald Trump sorprendió con una propuesta que podría cambiar el panorama migratorio en Estados Unidos.
Durante una entrevista en el podcast “The All-In Podcast”, el entonces candidato republicano afirmó que los estudiantes extranjeros deberían recibir una “green card” automáticamente al graduarse de una universidad en el país.
“Lo que quiero hacer, y lo que haré, es que cuando te gradúes de una universidad, deberías obtener automáticamente una green card como parte de tu diploma para quedarte en este país”, afirmó Trump en junio.
Esta propuesta ha generado debate entre estudiantes internacionales, académicos y críticos de la inmigración. Si se implementara, podría abrir el camino a la residencia permanente para millones de estudiantes internacionales. Sin embargo, hay muchas dudas sobre la viabilidad de esta idea, especialmente considerando que Trump no ha vuelto a mencionarla públicamente desde entonces.
¿Qué implica la propuesta de Trump?
Más de 1.1 millones de estudiantes internacionales estaban matriculados en instituciones estadounidenses durante el año académico 2023-24, un récord histórico, según datos recientes. La mayoría de ellos tienen visas de no inmigrante que solo permiten estudiar en el país, sin ofrecer un camino hacia la residencia permanente.
La idea de Trump marca un contraste con las políticas migratorias más restrictivas que caracterizaron su primera administración, cuando buscó limitar incluso la inmigración legal. Según comentó en el podcast, su propuesta incluiría a graduados de universidades y colegios comunitarios, e incluso a quienes obtienen doctorados.
No obstante, poco después de la entrevista, la portavoz de la campaña de Trump, Karoline Leavitt, aclaró que solo ciertos graduados serían elegibles. Entre los requisitos mencionó que los beneficiarios debían ser evaluados para excluir a “comunistas, islamistas radicales y aquellos que representen cargas públicas”.
Estudiantes extranjeros: entre la esperanza y el escepticismo
La propuesta ha despertado entusiasmo, pero también dudas entre estudiantes internacionales. Para Metolo Foyet, una estudiante de doctorado de Camerún en la Universidad de Florida, la idea sería un cambio significativo.
“Sería un alivio enorme. Podríamos concentrarnos al 100% en nuestras investigaciones y en contribuir a este país”, expresó.
Sin embargo, Dany Rashwan, un estudiante egipcio de Ingeniería Informática, se muestra más escéptico. Recordó las dificultades que enfrentó durante la pandemia, cuando las restricciones gubernamentales complicaron la vida de los estudiantes internacionales.
“Cualquier cosa que facilite quedarse aquí haría una diferencia enorme”, señaló Rashwan, quien destaca que muchos empleadores evitan contratar a estudiantes internacionales debido a los procesos de patrocinio.
Por su parte, Haomin Huang, estudiante de maestría en Silvicultura en la Universidad de Georgia, considera poco probable que la propuesta de Trump se materialice. Según él, la incertidumbre en el sistema actual ya ha llevado a muchos de sus compañeros a buscar oportunidades en Canadá, Australia o Europa.
La postura de las universidades
Para líderes académicos como Raj Echambadi, presidente del Instituto de Tecnología de Illinois, una política que elimine la incertidumbre beneficiaría tanto a las instituciones como al país.
“Desde el punto de vista institucional, ayudaría mucho. Pero, como estadounidense, pienso que un camino claro para estos estudiantes también nos daría una ventaja en la guerra global por el talento”, afirmó Echambadi.
Echambadi sugiere que un programa piloto enfocado en disciplinas clave para el desarrollo económico y la seguridad nacional podría ser más factible políticamente.
Críticas a la propuesta
Grupos conservadores y algunos defensores de políticas migratorias estrictas han criticado la idea de otorgar green cards automáticamente. Mark Krikorian, director ejecutivo del Center for Immigration Studies, argumentó que esta política incentivaría la creación de instituciones educativas de baja calidad y perjudicaría a los trabajadores estadounidenses.
“Convertiría a cada universidad en una máquina de venta de ciudadanía”, escribió Krikorian en la National Review.
Incluso aliados de los estudiantes internacionales, como Allan Goodman, del Institute of International Education, han señalado posibles problemas. Goodman advirtió que emitir green cards automáticamente podría despojar a los países de origen de los estudiantes de sus talentos y generar tensiones sobre la inmigración en Estados Unidos.
¿Puede Trump cumplir su promesa?
La implementación de esta propuesta requeriría cambios en la Ley de Inmigración y Nacionalidad, algo que solo el Congreso puede autorizar. Krikorian duda que esta iniciativa logre suficiente apoyo legislativo, incluso entre los aliados republicanos de Trump.
En el pasado, Trump promovió iniciativas similares para atraer inmigrantes altamente calificados, pero estas no lograron avanzar en el Congreso. No obstante, algunos observadores creen que la relación de Trump con figuras como Elon Musk, quien apoya una mayor inmigración legal, podría influir en posibles reformas.
Por ahora, los estudiantes internacionales y las universidades se mantienen expectantes. “Es fácil decirlo en campaña, pero otra cosa es hacerlo realidad”, concluyó Huang, reflejando el escepticismo generalizado.