Acabo de ver a mi amigo Tacho el “Chato” todo apachurrado, pensé que era porque sus Chivas no volvieron a ganar pero no, Tacho el “Chato” anda triste porque había prometido llevar a sus hijos a Disneylandia y se echó pa’ tras por el brote de sarampión (measles) en “el lugar más feliz del mundo”.
Le di un zape en la cabeza y le pregunté si había vacunado a sus hijos y Tacho, el “Chato” dijo: “si pero falta la más chiquita y por eso nos vamos a esperar”.
Hizo bien Tacho, persomalmente creo que los padres tienen la obligación de cuidar la salud de sus hijos por lo menos hasta que ellos se puedan cuidar solos ¿o no?
Por eso me molesta mucho que haya gente que no quiera vacunar a sus hijos.
La gran mayoría de la gente contagiada de sarampión no fue vacunada. ¿Por qué?
Algunos no vacunan a sus hijos porque dicen que “las vacunas pueden causar autismo”.
¡Perdónenme, pero discúlpenme!
Se ha requeté, pero requeté demostrado que no es cierto, no existe ninguna evidencia de que las vacunas provoquen esa desgraciada enfermedad.
Otros dicen que ponerle demasiadas vacunas a un niño tan pequeño le puede causar problemas.
El único problema es que “se desinfle el niño”, como globo, por el piquete de la jeringa.
Nuestro sistema inmunológico es maravilloso y muy complicado.
Cada vez que entra un germen (antígeno) a nuestro cuerpo, un montón de células especializadas (anticuerpos) lo atacan, “lo hacen cachitos” y lo destruyen.
Si nos ataca otro tipo de bicho, entonces otro grupo diferente de anticuerpos se encarga del maloso.
Tenemos muchos grupos de anticuerpos diferentes para muchas enfermedades diferentes.
Nuestro sistema inmunológico se empieza a desarrollar desde antes de nacer.
La leche materna, entre otros beneficios, es maravillosa para mejorar nuestro sistema inmunológico.
Con todo y esto, no traemos anticuerpos contra la polio, el sarampión, la tos ferina y otras enfermedades.
¡Para eso son las vacunas!
Toda vacuna está compuesta de un pedacito del bicho que causa la enfermedad.
Ese pedacito del bicho en la vacuna es demasiado débil para provocar la enfermedad pero es suficiente para crear los anticuerpos específicos para ese bicho.
Así, tenemos defensas contra ese bicho; el germen del sarampión “nos haría los mandados”… si TODOS nos vacunaramos.
Un grupo de gente ha decidido no vacunar a sus hijitos queridos por cuestiones religiosas.
Respeto su decisión pero pregunto: ¿qué es más importante para usted, seguir las órdenes de su religión o la salud y hasta la vida de su hijo?
¿Qué pasa si otro niño se enferma o le da polio por que fue contagiado por su hijo o hija?
Es cierto que casi nadie se muere si no está vacunado pero el sarampión puede causar, neumonía, daño cerebral y sordera.
¿Y qué me dice de la tos ferina y la polio? Ninguna de estas enfermedades está erradicada y pueden regresar si no hacemos un esfuerzo TODOS.
Si usted no quiere vacunar a sus hijos, pues ni modo, no hay nada que nostros podamos hacer por que no lo podemos obligar, pero si lo invito a que decida por buenas razones comprobadas y no por que lo dijo algún artista de telenovela o el doctor de la tele.
Recuerde que a final de cuentas es su hijo o hija la que puede sufrir las consecuencias.