Por Agencias
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Pekín anuncia que seguirá transformando su armamento un día después de alertar de que una guerra entre potencias “no puede ganarse ni debe librarse”.
Pekín sigue la línea de Moscú y Washington y, si bien firma en contra de la proliferación de armamento atómico, no tiene intención de detener su producción.
Un día después de que los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas emitieran un comunicado conjunto en el que se comprometen a evitar una guerra nuclear — que “no puede ganarse y no debe librarse”, reza el texto—, China ha dejado claro este martes que continuará modernizando sus armas nucleares con fines defensivos y ha pedido a Estados Unidos y Rusia que sean ellos quienes den el primer paso reduciendo sus arsenales.
Las declaraciones del gigante asiático llegan después de un 2021 en el que el país exhibió músculo militar en varias ocasiones, y en el que se disparó el recelo por el rearme nuclear de las superpotencias.
“En cuanto a las aseveraciones lanzadas por funcionarios estadounidenses de que China está aumentando drásticamente sus capacidades nucleares, permítanme decir, en primer lugar, que es falso”, ha expresado este martes en una sesión informativa en Pekín Fu Cong, director general del departamento de Control de Armas del Ministerio de Asuntos Exteriores de China.
El verano pasado, medios estadounidenses informaron de la construcción de nuevos silos para el lanzamiento de misiles balísticos intercontinentales.
Poco después, afloró la noticia de dos ensayos de armas hipersónicas con capacidad nuclear.
Fu ha respondido a estas críticas apuntando que el arsenal de China no debería estimarse basándose en fotos de satélite.
“EE UU y Rusia poseen el 90% de las ojivas nucleares que hay en la Tierra”, ha enfatizado el alto funcionario chino.
“China siempre ha adoptado la política de no ser el primero en utilizarlas, y mantenemos nuestras capacidades nucleares al nivel mínimo necesario para garantizar nuestra seguridad nacional”, ha apuntado Fu, a lo que ha añadido que “China continuará modernizando su arsenal nuclear por cuestiones de fiabilidad y seguridad”.
Las armas nucleares se convirtieron en uno de los principales riesgos a la seguridad internacional cuando, en 1949, la Unión Soviética anunció públicamente que disponía de este tipo de armamento, aunque la humanidad ya sabía del poder destructivo de ellas por el alarde de poderío de EE UU en Hiroshima y Nagasaki.
La carrera armamentística que iniciaron Washington y Moscú durante la Guerra Fría, sin embargo, no culminó con la caída del muro de Berlín.
A aquel tira y afloja bilateral se han sumado en las últimas décadas otros países, y a EE UU le preocupa especialmente el ritmo imparable con el que avanza el proceso de modernización del Ejército chino; el gigante asiático le pisa los talones desde hace años y ya es el segundo país del mundo con mayor gasto militar, según el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI).
Con el fin de enviar un mensaje de tranquilidad en un momento de crecientes tensiones geopolíticas, EE UU, China, Rusia, Francia y el Reino Unido se comprometieron el lunes a utilizar las armas nucleares tan solamente “con fines defensivos, de disuasión y de prevención de la guerra”.
De acuerdo con los medios chinos, este martes, el viceministro de Relaciones Exteriores, Ma Zhaoxu, ha hecho hincapié en el paso positivo que supone el comunicado y ha expresado que fue su país el que promovió que las potencias nucleares reafirmasen explícitamente que no utilizarían estas armas para atacar a otros países.
“La declaración conjunta emitida por los líderes de los cinco Estados contribuirá a aumentar la confianza mutua y a reemplazar la competencia por la coordinación y la cooperación”, cita al vicecanciller la agencia estatal de noticias Xinhua.
“China impulsó la inclusión de la reafirmación de que los países no lanzarían las armas nucleares ni entre ellos ni contra ningún otro país”, ha afirmado Ma.