Desfile militar en Washington: ¿celebración patriótica o autoritarismo encubierto?

Por Redacción
redaccion@latinocc.com

Oficialmente, el desfile forma parte de las celebraciones del semiquincentenario de la nación, con la participación de 6,600 soldados, 150 vehículos de combate, 50 aeronaves, y una ceremonia de juramento para 250 nuevos o reenlistantes . Trump ha referido que se trata de un homenaje al Ejército, a las “victorias” de EE.UU. y al Día de la Bandera, aunque inicialmente rechazó que fuera “por mi cumpleaños”.

Críticos destacan una clara politización del acto. Se señala que el desfile coincide demasiado con su figura personal, especialmente por el despliegue militar en Los Ángeles y su mensaje de “Very big force” contra opositores . Algunos lo comparan con espectáculos típicos de regímenes autoritarios, con reminiscencias a desfiles en Corea del Norte, China o Rusia.

Retirados de la Armada y militares veteranos se muestran divididos. Un reciente sondeo AP-NORC señala que el 60 % de los adultos considera que el desfile es un uso indebido del gasto público, mientras que sólo el 40 % lo aprueba . Organizaciones de veteranos critican que Trump recorte fondos a programas de asistencia mientras invierte millones en un espectáculo de tanques.

Históricamente, el uso de paradas militares congestionadas en el espacio público ha sido símbolo de fusión entre poder político y militar. En regímenes totalitarios, como el nazi alemán, desfiles similares mostraban fuerza y control. Expertos señalan que, aunque Trump exhibe rasgos autoritarios —retórica populista, ataque a instituciones civiles, desplazamiento de la Guardia Nacional—, no ha impulsado una eliminación sistemática de derechos civiles ni señales de un régimen totalitario del calibre, aún.

Al organizar este desfile presidencial-militar, Trump busca proyectar una imagen de fuerza interna y cohesión nacional. A su modo, se presenta como protector de la nación y del Ejército. No obstante, el timing—cumpleaños, Día de la Bandera, aniversario institucional—sugiere una búsqueda de exaltación personal tanto o más que instituciona.

El desfile ha generado protestas nacionales bajo el lema “No Kings”, organizadas por el movimiento 50501 en más de 1,500 ciudades . Los manifestantes consideran que el acto representa autoritarismo y concentración de poder. Varios veteranos y organizaciones civiles también han participado en manifestaciones en la capital.

Trump respondió advirtiendo que los manifestantes serían enfrentados con fuerza significativa, lo que reforzó las críticas sobre su uso de militarismo interno como respuesta a la disidencia ciudadana.

El desfile militar en Washington D.C. se encuentra en un punto de tensión histórica: si bien parte de una celebración institucional —el 250 aniversario del Ejército—, su clara vinculación con Trump, el despliegue militar interno y la respuesta fuerte contra la protesta civil evocan prácticas autoritarias. Aunque no todas las comparaciones con regímenes totalitarios son exactas, el simbolismo no ha pasado desapercibido. La verdadera pregunta que queda para los lectores y analistas es si EE.UU. reconoce aquí una conmemoración patriótica o un ensayo de militarización política interna.

Este evento, más allá de lo festivo, marca un hito en el debate sobre los límites del poder, el papel del Ejército en sociedades democráticas y la vigencia de la Primera Enmienda en tiempos tensos.