Por Redacción
Redaccion@latinocc.com
La decisión del Gobierno de Nicolás Maduro de no firmar la declaración final de la cuarta cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la Unión Europea (UE) tomó por sorpresa a las delegaciones diplomáticas reunidas en Santa Marta, Colombia. El gesto, ocurrido apenas una hora antes del cierre del encuentro, ha sido descrito por diversas fuentes como un “suicidio diplomático” que deja a Venezuela aislada incluso dentro de sus aliados regionales.
Durante el acto de clausura, el presidente colombiano Gustavo Petro leyó la lista de los países que suscribieron el documento final. Como se anticipaba, Nicaragua se negó a firmar, pero la ausencia de Venezuela generó desconcierto entre los presentes. “Nadie lo esperaba, ni siquiera los negociadores europeos”, señaló un diplomático sudamericano que participó en las conversaciones.
La decisión se produjo después de semanas de trabajo conjunto en la redacción del texto, que consta de 52 puntos y fue negociado punto por punto entre representantes de los dos bloques. Venezuela participó activamente en las discusiones previas, en especial en lo relativo al capítulo sobre operaciones militares de Estados Unidos en el Caribe, pero finalmente se retiró de la firma en desacuerdo con el apartado 14, dedicado a la guerra en Ucrania.
Desacuerdos y aislamiento diplomático
Según fuentes de varias cancillerías consultadas, Caracas habría intentado endurecer el lenguaje del documento en lo referente a la condena de las operaciones militares estadounidenses en la región. En particular, el Gobierno venezolano insistió en incluir una referencia explícita a lo que considera “actos armados y letales” en aguas del Caribe bajo la justificación de la lucha contra el narcotráfico.
El texto final, sin embargo, optó por una fórmula diplomática más ambigua, al mencionar solo “la importancia de la seguridad marítima y la estabilidad regional”. Los negociadores europeos se negaron a endurecer el lenguaje, y Caracas finalmente aceptó sin expresar intención de disociarse del punto. No obstante, tras no lograr reabrir la discusión sobre el capítulo 14 —donde la declaración manifiesta “preocupación” por la guerra en Ucrania y su “inmenso sufrimiento humano”—, la delegación venezolana decidió no suscribir todo el documento.
“La sorpresa fue total. Se esperaba una reserva específica al punto sobre Ucrania, no una retirada completa”, explicó una fuente diplomática latinoamericana que participó en las negociaciones.
El episodio se produjo en un contexto de creciente tensión entre Caracas y Washington, luego de que el presidente estadounidense Donald Trump ordenara ataques contra presuntas embarcaciones vinculadas al narcotráfico en aguas caribeñas. Esas operaciones han sido denunciadas por el Gobierno de Maduro como una amenaza directa a su soberanía.
“La CELAC es el espacio natural para que Venezuela busque respaldo regional frente a Estados Unidos, pero esta decisión la deja aislada incluso entre sus aliados más cercanos”, afirmó otro diplomático.
Reacciones de Europa y América Latina
La alta representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Kaja Kallas, calificó de “incongruente” la postura venezolana. En declaraciones a El País, sostuvo que “Venezuela inicialmente estaba a bordo, pero al final decidió retirarse por sus críticas al punto 14”.
“Resulta interesante que, mientras denuncia los ataques de Estados Unidos en el Caribe como violaciones del derecho internacional, se niegue a suscribir una declaración que condena un ataque armado en Ucrania. Debería aplicar el mismo criterio siempre”, expresó Kallas.
El presidente del Consejo Europeo y copresidente de la cumbre, António Costa, adoptó un tono más conciliador. “Estas cumbres son oportunidades para el diálogo, incluso —o especialmente— cuando las diferencias ideológicas son profundas. No conviene desaprovechar esos espacios”, comentó a la prensa al ser consultado sobre la retirada venezolana.
Fuentes diplomáticas confirmaron que la decisión de Caracas fue tan repentina que en los borradores iniciales distribuidos a los medios Venezuela aún figuraba como firmante. El cambio se produjo minutos antes del anuncio final de Petro, quien enumeró a 31 países de la CELAC, omitiendo a Venezuela y a Nicaragua.
“Hasta Cuba negoció cada punto y firmó todo. Nicaragua bloqueó el proceso, pero Venezuela simplemente se disoció. Nadie lo entiende. Una hora antes de la clausura seguían participando normalmente”, relató una fuente presente en la sala de negociación.
Algunos analistas interpretan el gesto como una muestra de lealtad hacia Moscú, dado el vínculo estrecho entre los gobiernos de Maduro y Vladimir Putin. Sin embargo, no existe una confirmación oficial al respecto. “Es posible que haya sido una señal política hacia Rusia, pero nadie lo sabe con certeza”, indicó otra fuente diplomática latinoamericana.
Con su retirada, Venezuela no solo se distancia de los países de la CELAC, sino también de un foro que le ofrecía una plataforma de legitimidad internacional en un momento de tensión con Estados Unidos. Para varios observadores, el gesto representa un nuevo retroceso en la estrategia de reinserción diplomática que el gobierno de Maduro había intentado reconstruir en los últimos años.
