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Embiid y Harden salvan una vida ante unos Lakers sin LeBron

Por Agencias
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Los Lakers caen en el Crypto Arena sin LeBron y continúan con sus cuentas de cara a un play-in que sigue en peligro.

Mal Harden, buen Embiid y victoria sin brillo de los Sixers.

En el Crypto Arena (el Staples para los amigos) se citaban dos equipos alejados de su mejor momento.

A los Lakers, sin nada que perder porque ya lo han perdido todo, solo les queda salvar el horno mientras hacen cuentas para no perder en el play-in, recuperar a Anthony Davis para esa especie de previa que no parecen querer jugar y llegar a la primera ronda, una pobre manera de acabar con el pie derecho (por decirlo de alguna manera) una temporada llena de desgracias.

A los Sixers, sin magia tras un inicio tan brillante como efímero posterior al traspaso que llevó a James Harden a Philadelphia, les queda la peor parte, la de jugar unos playoffs que pueden certificar que, de hecho, lo que tienen no es lo que necesitan para el asalto a un anillo que ahora mismo parece lejano.

Y todo ello, mientras la posibilidad de verse la cara contra los Nets en primera ronda es tan grande para ellos como para el resto de las franquicias de la parte alta de la Conferencia Este.

Ya saben: la eliminatoria que nadie quiere jugar.

Harden, igual que pasó en el partido de Florida, no jugó ante los Heat en Philadelphia sin ninguna causa aparente más allá de la renuncia a quedar en lo más alto del Este (algo ya muy complicado) o para seguir perdiendo partidos e irse más allá del tercer puesto para que sea otro el que quede segundo, la posición que ahora mismo más obliga, por números y no por ganas, a mirar a los Nets.

Pero los Sixers ganaron a los Heat y también anoche a los Lakers, por lo que siguen segundos antes de empiecen las cuentas: están empatados con Bucks y Celtics y todo dependerá de cómo estén los Nets y los partidos que se quiera dejar cada uno.

Los tres equipos están a 1,5 victorias de los Heat, que también podrían ser las víctimas… o los verdugos.

De una forma u otra, todo ello será en una serie llena de morbo y que contará con Kyrie Irving, ya liberado de todas las restricciones impuestas por su decisión de no vacunarse.

Definitivamente, el base ha ganado la partida.

Las cuentas de los Lakers son otras: siguen novenos a pesar de no ganar ak menos dos partidos consecutivos desde el 7 de enero y los Spurs, ese equipo eterno, joven por plantilla, pero sabio en su banquillo y en los múltiples recuerdos de victorias pasadas, siguen apretando.

Con un récord de 29-44, están a 1,5 partidos de los Pelicans, décimos, y a 2 de los Lakers, que deberán ganar, ahí sí, dos encuentros seguidos para llegar a primera ronda y enfrentarse a los Suns para despedirse, salvo sorpresa histórica, a las primeras de cambio.

En teoría, hay un pequeño margen de error mayor que el de sus rivales, pero especular a estas alturas de la temporada no vale para nada y ya solo queda sumar para alcanzar la previa sin sorpresas, rezar para que Davis regrese a tiempo (que ya veremos) y ganar ese primer partido ante Pelicans o Spurs antes de jugar contra, atención, Clippers, Wolves o Nuggets, depende de cómo sea la clasificación.

Ante esos equipos, el parcial es de 1-8. Es decir, problemas.

Los Sixers salvan los muebles

El equipo de Doc Rivers, cada vez más cuestionado, salvó los muebles en Los Angeles pidiendo la hora y algún que otro fallo de unos rivales que hicieron gala de un inopinado pundonor y lucharon hasta el final.

LeBron James no jugó por problemas en la rodilla, algo que obligaba a la victoria a los visitantes, liderados por un Joel Embiid que permitió demasiado de un envejecido Dwight Howard (24-8) bajo los aros, pero se fue a 30 puntos (8 en el último cuarto), 10 rebotes, 3 asistencias (todas en el último cuarto), 3 robos y 3 tapones.

Harden fue, de nuevo, la otra cara de la moneda, y se quedó en 24+7+7, pero con 7 de 18 en tiros de campo y 1 de 6 en triples, con demasiada indolencia defensiva y sin bajar a ayudar a sus compañeros cada vez que no le señalaban lo que él consideraba falta (9 de 10 desde la personal).

Tras los cuatro primeros partidos al lado de Harden, todos saldados con victoria, Harden solo ha superado el 50% en tiros de campo una vez, quedándose en el resto de ocasiones por debajo del 43%, y sin soluciones por parte de Rivers (ni del propio Harden, claro), para ser productivo de alguna manera cada vez que recibe dobles defensas.

Malo.

En los Lakers hubo un poco de todo sin LeBron. Russell Westbrook sigue con su extraño buen momento y dio una asistencia a Wenyen Gabriel (8+9, con 2 tapones) al final del tercer cuarto que dejaba a los Lakers a solo 2 puntos (91-93) y lideró el connato de remontada final que se quedó en nada, con un 123-119 a poco más de 30 segundos y un 125-121 a falta de menos de 19 que acercaron sin suerte a los Lakers.

24+9+8 para el base, que cometió 7 pérdidas, pero estuvo bien en el lanzamiento (10 de 20 en tiros de campo y 2 de 5 en triples) y en la toma de decisiones.

Además, Carmelo Anthony se fue a 20 tantos desde el banquillo, Malik Monk a 23 y Stanley Johnson hizo de todo desde la titularidad (13+5+8) en contraste con un Austin Rivers desaparecido en ataque (solo 4 puntos).

En definitiva, un poco de todo para los Lakers, que vuelven a perder.

Toca hacer cuentas.

A estas alturas de la temporada, claro, no queda otra.