Por Enrique Kogan
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Maria Teresa de Filippis fue una pionera del automovilismo al ser la primera mujer en clasificarse para un Gran Premio de Fórmula 1, al volante de un Maserati 250F.
La suya es una historia de pasión y audacia y, por ello, Maserati celebra sus logros con motivo del Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo.
Maria Teresa nació en Nápoles en 1926 y decidió entrar en el mundo del automovilismo casi como un desafío.
En 1948 participó en su primera carrera; Con solo 22 años ganó los 10 km Salerno-Cava de ‘Tirreni, clase de 500cc de la categoría de turismos, superando de forma decisiva a sus compañeros masculinos.
Esa primera victoria enciende su pasión por las carreras y al año siguiente triunfó en varias competiciones en la categoría de 750cc.
Durante 1953 y 1954 pasó a un Osca 1100 cc en el que ganó las 12 Horas de Pescara, el Trullo d’Oro, el Catania-Etna y los circuitos de Caserta y Siracusa.
Maria Teresa hizo la transición a un Maserati 2000 A6GCS en 1955. En un artículo que escribió más tarde sobre sus años en las carreras.
«Un auto potente con el que sentí que podía hacer cualquier cosa … y lo hice», y añadió: » pobre auto ! ¡Tantos accidentes espectaculares, pero también tantas victorias!».
La principal de ellas fue la victoria en el Catania-Etna en un tiempo récord, que permaneció invicto durante los siguientes tres años. Terminó en segundo lugar en el campeonato de la clase 2000 cc de 1955.
En 1958, al volante de un Maserati 250F privado, Maria Teresa de Filippis hizo su debut en el GP de Siracusa y luego compitió en su primer Gran Premio del Campeonato del Mundo de Fórmula en Bélgica.
Varias mujeres piloto de carreras han competido en el deporte del motor a lo largo de los años, pero sólo María Teresa de Filippis tiene el único récord, uno que nunca se puede romper ni igualar, de ser la primera mujer en competir en la Fórmula 1.
Capaz de destacarse en un entorno que antes se había considerado exclusivamente masculino, María Teresa de Filippis se ganó el respeto y la estima de sus rivales en el campo y llevó a la pista los valores que aún hoy guían a Maserati: excelencia, elegancia y poder.
Maserati y Maria Teresa de Filippis representan una combinación ganadora. Una historia de tenacidad, coraje y audacia.
El deseo y la determinación de afrontar los retos técnicos, físicos y personales y transformarlos en oportunidades a aprovechar, mirando al futuro con determinación.
Cinco años después de su muerte, la fuerza y la importancia de sus logros continúan definiendo los valores de Maserati y también inspiran a todas las mujeres que trabajan para la marca en la actualidad.