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Resumen Internacional

Por Agencias
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Austria asumió lo que su Primer Ministro llamó “un paso «dramático», el lunes al implementar un mandato a nivel nacional para las personas no vacunadas que no han tenido recientemente COVID-19, siendo esta quizá la más drástica de una serie de medidas de un gobierno europeos para evitar un resurgimiento regional masivo del Covid.

La disposición, que entró en vigor a la medianoche, prohíbe que las personas de 12 años o más que no hayan sido vacunadas o que no se hayan recuperado recientemente, abandonar sus hogares, excepto para actividades básicas como trabajar, ir de compras, ir a la escuela o la universidad o dar un paseo, o ir a caminar.

El bloqueo se impondrá inicialmente hasta el 24 de noviembre en el país alpino de 8.9 millones de habitantes.

No se aplica a los menores de 12 años porque oficialmente aún no pueden vacunarse, aunque la capital, Viena, abrió el lunes las vacunas para menores de 12 años como parte de un proyecto piloto y reportó una alta demanda.

Las autoridades dicen que se intensificarán las patrullas y controles policiales y que las personas no vacunadas pueden ser multadas con hasta 1.450 euros ($1.660 dólares) si violan el cierre.

«Realmente no tomamos este paso a la ligera y no creo que deba ser menospreciado», dijo indicó el Ccanciller Alexander Schallenberg a la radio Oe1.

“Este es un paso dramático, cerca de 2 millones de personas en este país están afectadas … Lo que estamos intentando es precisamente reducir al mínimo el contacto entre los no vacunados y los vacunados, así comoy también el contacto entre los no vacunados”.

“MiPara el Canciller su objetivo es muy claro:  que los no vacunados se vacunen y no encerrar a los vacunados.

“A largo plazo, la salida de este círculo vicioso en el que nos encontramos; y es que sí es un círculo vicioso, es que estamos pasando de una ola a otra y eso no puede continuar ad infinitumpara siempre; es solo la vacunación” «, agregó Schallenberg.

Aproximadamente el 65% de la población de Austria está completamente vacunada, una tasa que Schallenberg describió como «vergonzosamente baja».

Todos los estudiantes en las escuelas, estén vacunados o no, ahora deben tomar tres pruebas de COVID-19 por semana, al menos una de ellas una prueba de PCR.

El líder del opositor Partido de la Libertad, de extrema derecha, prometió combatir las nuevas restricciones con «todos los medios parlamentarios y legales que tengamos disponibles».

Herbert Kickl dijo que «2 millones de personas están prácticamente encarceladas sin haber hecho nada malo». Sin embargo, dijo que no asistirá a una marcha en protesta de la medida el próximo 24 de noviembre, porque tiene Covid y necesita 14 días de aislamiento.

ECUADOR

Las señales, de que un ataque era inminente dentro de la prisión más grande de la ciudad costera de Guayaquil en Ecuador, no podrían haber sido más claras.

Y es que reos han dicho que Durante días se hablaba entre los internos de la Penitenciaría Litoral de que un grupo iba a atacar a otro.

Luego Primero, el viernes por la mañana temprano, la policía arrestó a tres hombres que intentaban pasar de contrabando dos rifles, cinco pistolas, tres granadas, cartuchos de dinamita y cientos de cartuchos de municiones en el calabozo.

Horas después la policía anunció lo que ya sabían los presos dentro de Litoral:

Los tres detenidos pertenecían a una banda carcelaria que almacenaba armas.

Lo que sucedió horas después confirmó que ya había muchas más armas adentro.

El viernes por la noche, se lanzó un ataque brutal y los enfrentamientos entre bandas rivales se prolongaron durante horas hasta la madrugada del sábado.

Cuando el polvo se asentó y las autoridades recuperaron el control, encontraron al menos 68 reclusos muertos y 25 heridos en lo que fue solo la masacre más reciente en el atribulado sistema penitenciario de Ecuador.

En lo que va del año, al menos 334 internos han muerto en diferentes enfrentamientos en la cárcel de Guayaquil, incluidos 119 internos en un atentado en septiembre.

VENEZUELA

Xiomara Ruiz se despertó antes del amanecer y subió a un autobús con su hijo para hacer un viaje de una hora hasta el puente que conecta Venezuela con Colombia, que el cual cruzaron a pie.

Su objetivo: vacunar a los niños de 8 años contra el coronavirus.

A las 7 a.m., la enfermera de 27 años y el pequeño niño hacían cola en un centro de vacunación en Villa del Rosario, un pueblo colombiano en la frontera con Venezuela.

Aproximadamente dos docenas de venezolanos también hicieron fila para recibir las inyecciones, mientras que un trabajador humanitario con un chaleco caqui gritaba instrucciones en un megáfono, y le decía a la multitud que se mantuviera a una distancia segura entre sí, mientras esperaban que abriera el centro de vacunación.

“En el pueblo donde vivo todavía no hay vacunas para l@s niñ@s”, dijo señaló Ruiz, quien viajó a Colombia desde el estado fronterizo de Táchira.

Le preocupaba un reciente anuncio del gobierno de Venezuela de que los niños menores de 12 años serán vacunados con “Soberana”, una vacuna contra el coronavirus desarrollada en Cuba.

“Ese no está aprobado por la Organización Mundial de la Salud. Es mejor hacer el viaje aquí”, dijo recalcó Ruiz.

Cientos de venezolanos han estado viajando a Colombia recientemente para recibir vacunas contra el coronavirus, mientras Venezuela lucha por obtener dosis suficientes para su gente.

Los estados fronterizos colombianos, que proporcionaron a miles de niños venezolanos vacunas contra el tétanos, la difteria y la hepatitis de forma gratuita antes de la pandemia, solo comenzaron a proporcionar vacunas contra el coronavirus a los viajeros venezolanos en octubre.

Ahora que las puertas están abiertas, muchos están aprovechando la oportunidad para vacunarse en Colombia, país con mayor acceso a vacunas europeas y estadounidenses que sólo brinda inyecciones aprobadas por la OMS.

Estos viajes replican los esfuerzos anteriores de los venezolanos para buscar atención médica en el extranjero mientras el sistema de atención médica de su país se derrumbaba en medio de años de escasez de medicamentos, recesión económica y mala gestión de los hospitales públicos.

Pero las restricciones de viaje y las regulaciones asociadas con la pandemia han dificultado que los venezolanos se vacunen en la vecina Colombia.

Los estados fronterizos colombianos, que proporcionaron a miles de niños venezolanos vacunas contra el tétanos, la difteria y la hepatitis de forma gratuita antes de la pandemia, solo comenzaron a proporcionar vacunas contra el coronavirus a los viajeros venezolanos en octubre.

Ahora que las puertas están abiertas, muchos están aprovechando la oportunidad para vacunarse en Colombia, que tiene mayor acceso a vacunas europeas y norteamericanas y solo usa inyecciones que han sido aprobadas por la OMS.