Sismo de 6,3 sacude el norte de Afganistán y deja al menos 20 muertos y 640 heridos

Por Redacción
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El epicentro del terremoto se localizó a 22 kilómetros al oeste-suroeste de Kholm, en la provincia de Balkh, a una profundidad de 28 kilómetros, de acuerdo con el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS). El temblor ocurrió poco antes de la 1:00 a.m., hora local, y se sintió con fuerza en varias provincias del norte afgano, incluyendo Samangan, Sar-e-Pul y Kunduz.

En la empobrecida nación asiática, los sismos suelen tener consecuencias devastadoras. Las viviendas en las áreas rurales están hechas principalmente de adobe, madera y ladrillo, materiales que colapsan con facilidad ante movimientos telúricos. Las autoridades locales han reportado daños significativos en infraestructura, cortes eléctricos y bloqueos de carreteras.

En las provincias más afectadas, cientos de familias pasaron la noche a la intemperie tras el colapso de sus viviendas. El vocero adjunto de la Autoridad Nacional de Manejo de Desastres, Qari Taj Mohammad Hemat, confirmó que el temblor dejó al menos 20 fallecidos y 643 heridos. De ellos, más de 500 fueron trasladados a hospitales en Balkh y Samangan, donde el personal médico trabaja con recursos limitados.

En la provincia de Badakhshan, el portavoz policial Ihsanullah Kamgar reportó que unas 800 casas fueron destruidas parcial o totalmente en una aldea del distrito de Shahr-e-Bozorg. Debido a la falta de internet y caminos transitables, las cifras de víctimas en la zona aún no son precisas.

“El terremoto ocurrió mientras dormíamos. Cuando salí, el aire estaba lleno de polvo y muchas casas estaban destruidas”, contó Ahmad Zia, residente de Kholm, quien ayudó a rescatar heridos entre los escombros. “Sacamos los cuerpos de dos personas; hoy se realizarán sus funerales”.

Otro habitante, Abdul Mubin, relató que dormía en su tienda cuando el suelo comenzó a moverse. “Todo se vino abajo. Perdimos nuestras casas y pertenencias”, dijo, mientras buscaba objetos recuperables bajo los restos de su vivienda.

En Mazar-e-Sharif, la capital provincial, el sismo también causó daños en la histórica Mezquita Azul, uno de los principales sitios religiosos del país. Varias partes del muro exterior se desprendieron, aunque el edificio principal permaneció en pie. Imágenes compartidas en redes sociales mostraban a fieles retirando escombros con las manos.

El Ministerio de Defensa informó que equipos de rescate fueron desplegados en las provincias de Balkh y Samangan. Los soldados evacuaron a los heridos y ayudaron a reabrir una carretera que había sido bloqueada temporalmente por la caída de rocas desde las montañas.

El principal portavoz del gobierno talibán, Zabihullah Mujahid, expresó en la plataforma X su “profundo dolor por las pérdidas humanas y materiales” y aseguró que las agencias gubernamentales están trabajando para enviar ayuda. Sin embargo, la respuesta humanitaria enfrenta múltiples desafíos: carreteras dañadas, comunidades aisladas y un sistema de salud debilitado por años de conflicto y sanciones internacionales.

La delegación de Naciones Unidas en Afganistán informó que sus equipos ya están en el terreno evaluando daños y distribuyendo asistencia urgente. “Estamos con las comunidades afectadas y proporcionaremos el apoyo necesario”, señaló la misión en un comunicado.

El presidente de Pakistán, Asif Ali Zardari, expresó su solidaridad con el pueblo afgano y ofreció ayuda humanitaria. Su declaración llega en medio de tensiones fronterizas entre ambos países, tras recientes enfrentamientos que dejaron decenas de muertos. Pakistán acusa al gobierno talibán de albergar a milicianos responsables de ataques transfronterizos, mientras Kabul insiste en que busca relaciones pacíficas.

En Estambul está prevista una nueva ronda de conversaciones entre ambos gobiernos, con mediación internacional. Observadores advierten que el desastre natural podría modificar el tono de las negociaciones, pues Afganistán necesitará apoyo externo para enfrentar la crisis humanitaria que deja el sismo.

En los últimos años, Afganistán ha sufrido varios terremotos mortales. En agosto de 2025, un sismo de magnitud 6,0 en el este del país dejó más de 2.200 muertos. Otro terremoto, en octubre de 2023, causó más de 4.000 fallecidos, según cifras del entonces gobierno talibán.

Mientras tanto, miles de familias en el norte afgano intentan recuperar lo poco que les queda. Entre ruinas y polvo, la población reza por ayuda y por un nuevo amanecer, en un país que parece no tener respiro entre tragedias naturales y conflictos humanos.