
Por Redacción
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Las ventas minoristas en Estados Unidos crecieron menos de lo esperado en febrero, una señal preocupante de que el consumidor estadounidense podría estar perdiendo fuerza en medio de crecientes incertidumbres económicas.
El Departamento de Comercio informó el lunes que las ventas minoristas aumentaron un 0,2 % en febrero con respecto al mes anterior, tras una caída revisada a la baja del 1,2 % en enero. La cifra quedó muy por debajo del 0,7 % proyectado por los economistas encuestados por FactSet. Estas cifras están ajustadas por estacionalidad, pero no por inflación.
La tensa disputa comercial del presidente Donald Trump con los principales socios comerciales de EE.UU. ha generado incertidumbre entre consumidores y empresas, afectando la confianza y el comportamiento de compra. Las ventas minoristas representan aproximadamente un tercio del gasto total del país, por lo que cualquier debilitamiento en este sector genera preocupaciones sobre el crecimiento económico.
Las mayores caídas en el gasto se registraron en grandes almacenes (-1,7 %), restaurantes y bares (-1,5 %) y gasolineras (-1 %). En contraste, las ventas en línea aumentaron un 2,4 %, y las tiendas de salud registraron un crecimiento del 1,7 %.
A pesar de las malas noticias, el informe tuvo un punto positivo: excluyendo las ventas en gasolineras, concesionarios de automóviles, materiales de construcción y restaurantes, el llamado “grupo de control” aumentó 1 %, revirtiendo la caída del mes anterior. Este dato superó la expectativa del 0,4 %, ofreciendo un alivio parcial a los analistas.
Los minoristas advierten sobre una posible crisis de consumo
Ejecutivos de importantes minoristas han expresado su preocupación por el comportamiento del consumidor. Todd Vasos, CEO de Dollar General, dijo la semana pasada que muchos clientes han reducido sus gastos a lo esencial debido al impacto de la inflación.
“Nuestros clientes informan que su situación financiera ha empeorado en el último año”, declaró Vasos en una conferencia sobre resultados. “Algunos incluso han tenido que renunciar a necesidades básicas”.
Por su parte, Walmart, el minorista más grande del país, proyecta una desaceleración de sus ventas y ganancias para este año. Su director financiero, John David Rainey, citó las incertidumbres económicas y geopolíticas como factores clave en esta previsión.
Además del impacto en el consumo, los minoristas también han alertado sobre los efectos de los aranceles impuestos por Trump. Corie Barry, CEO de Best Buy, señaló que la industria nunca había enfrentado aranceles de esta magnitud y advirtió que los costos adicionales podrían trasladarse a los consumidores en forma de aumentos de precios.
El 4 de marzo, la administración Trump impuso aranceles del 25 % a México y Canadá, aunque luego los pospuso tras la presión de líderes empresariales. Ese mismo día, el CEO de Target, Brian Cornell, declaró que estos aranceles podrían encarecer rápidamente los precios de frutas y verduras importadas de México, afectando directamente el bolsillo de los consumidores estadounidenses.
La Reserva Federal en una encrucijada
El enfriamiento del consumo, sumado a un mercado inmobiliario estancado y la amenaza de mayor inflación por los aranceles, está generando un complejo panorama para la Reserva Federal (Fed).
Tras tres recortes consecutivos en 2024, la Fed mantuvo estable su tasa de interés clave en enero y se espera que haga lo mismo en su próxima reunión. Sin embargo, economistas citados por CNN advierten sobre una posible “estanflación”, un fenómeno donde el crecimiento se desacelera mientras la inflación sigue aumentando.
Un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) publicado este lunes señaló que los nuevos aranceles bilaterales podrían aumentar los ingresos fiscales a corto plazo, pero serían un lastre para la economía global, el empleo y la inversión.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, indicó que los funcionarios están observando de cerca el impacto de las políticas de Trump en la economía antes de tomar nuevas decisiones sobre las tasas de interés.
“La incertidumbre es alta y necesitamos más datos antes de actuar”, dijo Powell en un discurso reciente.
Con un consumidor debilitado, precios en alza y tensiones comerciales en el horizonte, la economía de EE.UU. enfrenta un escenario desafiante en los próximos meses.