Por Redacción
redaccion@latinocc.com
La secretaria de Agricultura, Brooke Rollins, afirmó el martes que no habrá amnistía para inmigrantes indocumentados y que continuarán las deportaciones masivas como parte de un plan para lograr una fuerza laboral compuesta únicamente por ciudadanos estadounidenses.
Durante una conferencia de prensa en la sede del Departamento de Agricultura (USDA), Rollins presentó el Plan de Acción Nacional de Seguridad Agrícola, donde insistió en que el Gobierno federal busca avanzar hacia la automatización del sector agrícola y reducir la dependencia de mano de obra migrante.
“Pensándolo bien, hay 34 millones de adultos sin discapacidades en el programa Medicaid. Hay muchos trabajadores en Estados Unidos”, dijo Rollins. “Por lo tanto, no habrá amnistía bajo ninguna circunstancia; las deportaciones masivas continúan, pero de manera estratégica e intencional”.
Rollins argumentó que el objetivo es fortalecer el empleo entre ciudadanos estadounidenses y que el presidente Donald Trump ha sido «inequívoco» en su rechazo a cualquier tipo de regularización migratoria. “El presidente ha sido claro: no habrá amnistía, y nosotros estamos aquí para implementarlo”, afirmó.
La secretaria señaló que, si bien las deportaciones seguirán, estas deben planificarse con cuidado para no afectar la producción ni el suministro de alimentos en el país.
“Debemos ser estratégicos en la implementación para no comprometer nuestra seguridad alimentaria”, dijo, aludiendo a que la automatización será clave para suplir la mano de obra eliminada.
Rollins fue acompañada por varios miembros del gabinete, incluidos la secretaria de Justicia, Pam Bondi; el secretario de Defensa, Pete Hegseth; y la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem. Todos respaldaron las políticas migratorias del presidente Trump, incluyendo las recientes redadas y operativos en zonas agrícolas.
El anuncio marca un giro aún más restrictivo en la política migratoria del Gobierno, con implicaciones directas para el sector agrícola, que históricamente ha dependido de trabajadores inmigrantes, muchos de ellos sin estatus legal.
Diversas organizaciones de derechos civiles y asociaciones agrícolas han advertido que estas medidas podrían afectar gravemente la producción y generar escasez de mano de obra. Sin embargo, el Gobierno insiste en que la tecnología y el mercado laboral interno pueden suplir esa necesidad.
Rollins no ofreció detalles sobre cómo se financiará el proceso de automatización en las industrias agrícolas ni si se prevén incentivos para empresas que contraten únicamente a ciudadanos estadounidenses.
