Protestas “No Kings” vuelven a EE.UU. con más fuerza contra Trump

Por Redacción
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Más de 2,500 manifestaciones están previstas en los 50 estados, un aumento considerable respecto a las protestas de junio pasado, cuando millones participaron en la primera ronda. En esa ocasión, Trump acababa de celebrar un desfile militar por su cumpleaños en Washington, mientras enfrentaba críticas por políticas que afectaban derechos civiles, inmigración y libertades individuales.

Los organizadores, liderados por la red progresista Indivisible Project, afirman que las nuevas marchas buscan enviar un mensaje pacífico pero contundente contra la militarización de las ciudades y el uso de la Guardia Nacional para contener la disidencia.

El regreso de las protestas ocurre en un contexto de cierre gubernamental y tensiones crecientes entre la Casa Blanca y autoridades locales. Algunos republicanos, como el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, han acusado sin pruebas a los manifestantes de agravar la crisis política, mientras que el gobernador de Texas, Greg Abbott, ordenó el despliegue de soldados de la Guardia Nacional en Austin antes de una marcha que calificó de “vinculada a Antifa”.

Líderes demócratas han condenado esa decisión. “Enviar soldados armados para reprimir protestas pacíficas es lo que hacen los dictadores, y Greg Abbott acaba de demostrar que es uno de ellos”, declaró Gene Wu, líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes de Texas.

En otras ciudades, como Boston, Memphis, Chicago y Portland, las autoridades locales han advertido que se oponen a cualquier despliegue federal. La alcaldesa de Boston, Michelle Wu, encabezará el evento “No Kings” en su ciudad, afirmando que el movimiento es “una expresión legítima de libertad cívica”.

Analistas legales, como Elizabeth Goitein, del Centro Brennan para la Justicia, han advertido que el memorando que Trump usó para enviar agentes federales a Los Ángeles podría reutilizarse para intervenir en otras ciudades, incluso si las manifestaciones son pacíficas. “Es un ataque directo a las libertades de la Primera Enmienda”, afirmó Goitein.

La codirectora ejecutiva de Indivisible, Leah Greenberg, dijo que el grupo ha entrenado a decenas de miles de voluntarios en seguridad y desescalada, y colabora con ciudades que podrían tener presencia militar. “No esperamos que sea necesario desplegar la Guardia Nacional, pero estamos preparados si el Gobierno intenta intimidar las protestas pacíficas”, señaló.

Greenberg rechazó las acusaciones de que las marchas sean antiestadounidenses.

El movimiento Indivisible, fundado en 2016 tras la primera elección de Trump, ha crecido hasta incluir miles de grupos locales en todo el país. Financiado en parte por organizaciones como Open Society Foundations del filántropo George Soros, el grupo insiste en que su objetivo es “defender los derechos constitucionales y la democracia”.

Mientras tanto, la Administración Trump planea otra demostración militar en California el mismo día de las marchas, lo que algunos líderes estatales interpretan como un intento de distraer la atención pública.

“Lo que esperamos es que millones de personas se unan para oponerse al autoritarismo y los ataques a nuestros derechos”, declaró Greenberg. “Este movimiento apenas comienza”.