Editorial

Una valoración justa e igualitaria

Por Carlos Hernández
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Desde tiempos inmemoriales, las mujeres latinas han desempeñado roles fundamentales en todos los aspectos de la vida estadounidense, contribuyendo de manera significativa a la riqueza cultural, económica y social de nuestra nación.

Además, las mujeres latinas son una fuerza dinámica e indomable, cuya determinación y resiliencia han superado obstáculos y desafíos en su búsqueda de igualdad y justicia. 

Por eso en pleno Siglo XXI es patético que la lucha por derechos igualitarios para las mujeres y esfuerzo, aún continúe.

En tiempos de un acelerado desarrollo tecnológico y económico, el reconocer el talento y el desempeño de las mujeres en cualquier ámbito, ya sea laboral, científico, político, artístico y deportivo, está por demás mencionarlo y debería ser una norma.

Desde las luchas por los derechos civiles hasta la defensa de los derechos laborales y la promoción de la educación, las mujeres y sobre todo las latinas han sido incansables defensoras del progreso y la equidad en nuestra sociedad.

En todos los sectores de la vida estadounidense, las latinas se destacan como líderes, innovadoras y agentes de cambio, es algo innato a nuestra cultura, a nuestros países, y acá personalmente creo que las mujeres son más fuertes que los hombres, ya que históricamente al venir de siglos de un esquema de sociedad patriarcal, las mujeres deben de luchar contra todo y contra todos.

Esa lucha diaria, muchas veces sólo por sobrevivir, ya que la opresión y el abuso físico y psicológico están a la orden del día en la vida de muchas niñas, adolescentes y mujeres, es precisamente el no darse por vencidas una de las características más admirables que cualquier ser humano puede tener.

En este país en el mundo empresarial, académico, político y comunitario, su influencia y liderazgo son evidentes, inspirando a futuras generaciones a alcanzar nuevas alturas y perseguir sus sueños con pasión y determinación.

Tal es el caso de las cuatro exitosas mujeres que pudimos entrevistar para nuestro artículo de portada (Pág. 14-15), quienes han hecho historia al convertirse en Senadoras, Defensoras Públicas, científicas que salvan vidas o líderes que cumplen el sueño de miles de inmigrantes.

Y es que la contribución de las mujeres latinas no solo se limita al ámbito público, sino que también se extiende al núcleo de nuestras familias y comunidades. 

Como madres, hijas, hermanas y cuidadoras, las mujeres latinas desempeñan un papel central en el fortalecimiento de los lazos familiares y el tejido social que sustenta nuestra sociedad, eso no lo debemos olvidar.

Es esencial reconocer y valorar el papel de las mujeres latinas no solo durante el Mes Internacional de la Mujer, sino a lo largo de todo el año, porque sin su aporte no podremos enfrentar los desafíos modernos de mantenernos a la vanguardia y sobre todo por el deber moral y humano de darles la valoración y derechos que se merecen.

Así es como debemos trabajar juntos para eliminar las barreras y desigualdades que aún enfrentan las mujeres latinas en términos de acceso a oportunidades educativas, económicas y de liderazgo.

Porque lo cierto es que la discriminación que sufren las latinas en este país muchas veces es doble: primero por ser mujeres y luego por ser latinas.

En lugar de seguir oprimiéndolas, nosotros los hombres, como esposos, hermanos, padres de una hija, etc. tenemos el deber de actuar y luchar por que se les reconozca como se debe, pero lo vital es que eso no se quedé sólo en palabras sino que se traduzca en acciones.

No es un secreto que al honrar el legado y la contribución de las mujeres latinas, fortalecemos el tejido mismo de nuestra sociedad, y nos acercamos un paso más hacia la realización del ideal de igualdad y justicia para tod@s como latin@s.

En este Mes Internacional de la Mujer, celebremos con orgullo el impacto duradero de las mujeres latinas en Estados Unidos y comprometámonos a seguir apoyándolas en su lucha por un futuro más justo e inclusivo.