Septimo Arte

Deadpool 2 ¿Quién dijo que segundas partes nunca fueron buenas?

Dos años después del estreno de “Deadpool”, la película “Rated R” más taquillera de la historia, Ryan Reynolds vuelve a la carga con más plomo, chistes y referencias a la cultura popular que nunca se hayan hecho.

Aunque el equipo creativo de la primera regresara para realizar la segunda, el director Tim Miller tuvo que dejar el proyecto debido a diferencias creativas con Reynolds, y pronto fue reemplazado por David Leitch, un veterano especialista y actor que debutó en la dirección recientemente con la cinta de acción de culto “John Wick“, a la que siguió la imparable “Atómica”.

Estos filmes son muy complejos de hacer y, sin duda, el fichaje de Leitch fue un acierto en el centro de la diana gracias a su larga carrera como especialista y coordinador de estos, con casi 100 títulos en su haber, entre los cuales cabe destacar “El club de la lucha”, “Troya” o “300”.

Pero sin duda, la implicación de Reynolds en el proyecto ha sido crucial, ya que aparte de protagonizar y producir, se ha sumado al dúo guionista de la cinta original, Rhett Reese y Paul Wernick, para asegurarse de que el tono gamberro y desenfrenado de la anterior se mantuviera, y que al personaje siguiera yéndole como anillo al dedo.

Y es que ¿quién mejor que Ryan Reynolds para reírse de sí mismo?

Porque en “Deadpool 2” no se salva nadie, ni siquiera su estrella.

A modo de homenaje a “Casino” de Martin Scorsese, “Deadpool 2” arranca con ‘Deadpool’ haciéndose estallar por los aires en miles de pedazos al explosionar varios bidones de gasolina encima de los que está tumbado tranquilamente mientras fuma un cigarro.

El espectáculo ha empezado, y ‘Deadpool’, con su voz en off, nos lleva a un apasionante flashback a modo de escena de montaje en la que vemos cómo ahora se ha convertido en un mercenario internacional que mata criminales de la forma más despiadada y sangrienta posible.

De entre todas sus sádicas misiones, ‘Deadpool’ deja un cabo suelto al no poder matar al líder del cartel de drogas de Nueva York, tarea que deja para llegar a tiempo a su dulce hogar para celebrar su aniversario de pareja con su novia, Vanessa Carlysle (Morena Baccarin).

Cuando se despoja del uniforme para ser ‘Wade Wilson’, un novio locamente enamorado, el romántico momento se ve truncado cuando el traficante pendiente de matar regresa con todo su escuadrón para contraatacar.

Pillado infraganti, ‘Wilson’ se ve obligado a defender su querida mujer con lo que encuentra en la cocina; cuchillos a modo katanas, escena que demuestra lo experimentado que está Leitch en el género de acción.

Debido a un profundo comentario de ‘Vanessa’, ‘Wilson’ se ve obligado a emprender un viaje del héroe para intentar poner su corazón en su lugar. “Coloso”, al ver a “Deadpool” tan bajo de moral decide llevarlo a la mansión de ‘Xavier’ para intentar reclutarlo como ‘X-Men’.

Después de “jugar con los juguetes de ‘Xavier”, ‘Wilson’ acepta junto a ‘Coloso’ y ‘Negasonic Teenage Warhead’ (Brianna Hildebrand) atender una llamada para ayudar a un joven mutante llamado Russell Collins (el carismático actor Neozelandés Julian Dennison al que ya vimos brillar en “A la caza de los Ñumanos”, de Taika Waititi), que se hace llamar “Firefist”, ya que tiene el poder del fuego, siendo capaz de calentar sus puños a altísimas temperaturas produciendo todo tipo de incendios.

Pero ‘Deadpool’ aun está en fase de prueba para ser ‘X-Men’, y teniendo en cuenta que la primera regla es “no matarás” os podéis imaginar lo que pasa.

Al intentar salvar a Russell, que ha sido víctima de abusos (otro de los muchos temas candentes que toca el film), ambos acaban encerrados en una prisión de máxima seguridad en la que aparece, procedente del futuro, ‘Cable’, interpretado magistralmente por Josh Brolin, para intentar matarle.

Esto en un giro que combina “Terminator-2” con “Regreso al Futuro”.

Brolin es sin duda el hombre del momento, acaba de encarnar a ’Thanos’ y le veremos próximamente de nuevo en cines con “Sicario: El día del soldado”.

En este punto, “Deadpool” deberá juntar un equipo, el “X-Force”, para conseguir salvar a Russell de su destino.

Dicho grupo no tiene ningún desperdicio, sobre todo ‘Domino’ (la impresionante Zazie Beetz), cuyo superpoder es la suerte, y ‘Peter’ (Rob Delaney), el hombre de a pie que se apuntó porque vio el anuncio, por no hablar de los ya míticos ‘Weasel’, el humorista T. J. Miller, ‘Dopinder’, el entrañable Karan Soni o ‘Blind Al’, la veterana Leslie Uggams.

Sólo decir que todo que ocurre en el film supera las expectativas con creces, ya que da la vuelta a lo esperado, casi convirtiéndose en su propia parodia, pero de altísima calidad, con muchas escenas desternillantes y con mil homenajes y referencias a tantas cosas que son innombrables.

Rodada en la Columbia Británica de Canadá, Ryan Reynolds está haciendo un gran bien para la industria de su país de origen.

“Deadpool 2” costó casi el doble que la primera, $110 millones, pero lleva ya $350 millones de recaudación en Estados Unidos, y casi $650 a nivel mundial.