Por Redacción
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La votación fue más simbólica que práctica, pero marcó un nuevo desafío a la política comercial de la Casa Blanca. El Senado de Estados Unidos aprobó este miércoles una resolución para frenar la autoridad del presidente Donald Trump de imponer aranceles a Canadá, una decisión que se suma a la votación del martes contra los gravámenes a Brasil.
Aunque las medidas no entrarán en vigor —ya que requieren la aprobación de la Cámara de Representantes— el gesto legislativo supone un revés político para la Administración Trump y evidencia el creciente descontento bipartidista ante el uso de los aranceles como herramienta diplomática.
Senadores republicanos rompen filas
Cuatro senadores republicanos —Susan Collins (Maine), Mitch McConnell (Kentucky), Lisa Murkowski (Alaska) y Rand Paul (Kentucky)— se unieron a los demócratas para aprobar la moción con 50 votos a favor y 46 en contra. El grupo ya había respaldado en abril una medida similar.
El vicepresidente J.D. Vance, quien preside el Senado, intentó frenar la rebelión interna advirtiendo que romper con la estrategia arancelaria de Trump sería “un gran error”. Argumentó que los gravámenes son una herramienta clave para negociar acuerdos comerciales más favorables. Sin embargo, sus advertencias no lograron cambiar los votos.
Rand Paul, el único republicano que impulsó la resolución contra los aranceles a Brasil, comparó el uso del poder de emergencia con un “abuso institucionalizado”. “Las emergencias son como la guerra o la hambruna. Que no te gusten los aranceles de alguien no es una emergencia”, dijo durante la sesión, citado por The New York Times.
Trump eleva tensiones con Canadá
La votación llega en medio de una escalada en las tensiones comerciales entre Washington y Ottawa. La semana pasada, Trump criticó un anuncio emitido por la provincia canadiense de Ontario durante la Serie Mundial de béisbol, en el que se escuchaba un discurso del expresidente Ronald Reagan defendiendo el libre comercio.
El mandatario calificó el mensaje como un “acto hostil” y anunció un incremento del 10% adicional en los aranceles contra Canadá, además de suspender las negociaciones con el primer ministro Mark Carney.
Actualmente, Estados Unidos mantiene un arancel del 35% sobre productos canadienses y del 50% sobre el acero importado, a lo que se suma el nuevo gravamen anunciado por Trump. Canadá sigue siendo el único país del G7 sin un acuerdo comercial cerrado con la administración estadounidense, pese a que el propio Trump aseguró semanas atrás que las conversaciones estaban “a punto de concluir”.
El senador demócrata Tim Kaine, impulsor de la resolución, criticó que el uso de poderes de emergencia para imponer tarifas “fractura una relación económica de décadas”.
Mientras tanto, los analistas coinciden en que las votaciones del Senado envían una señal clara al mercado internacional: la política arancelaria de Trump enfrenta resistencia incluso dentro de su propio partido, en un momento de incertidumbre global sobre las reglas del comercio y la diplomacia económica estadounidense.
