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Mes de la Herencia Hispana: Héroes Latinos salvando comunidades

Por Alíz Ruvalcaba
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Como que nada, hemos llegado a septiembre mes de la Herencia Hispana, y es que desde este próximo 15 de septiembre hasta el 15 de octubre es un período para resaltar el legado de la comunidad latina en Estados Unidos.

Este año, debido a la pandemia del Covid-19 será diferente con celebraciones pospuestas debido al aislamiento impuesto por las autoridades para proteger de la expansión masiva del Covid 19.

No hay ninguna duda que la pandemia generada por el virus COVID-19 ha cambiado radicalmente la manera en que se vive un día a día, donde lamentablemente la única constante desde principio del mes de marzo ha sido el miedo, la incertidumbre y los casos de pacientes infectados.

A diario, los residentes de la zona reciben una alerta que les indica el número nuevo de casos reportados, el número de muertes, y si existen nuevas regulaciones.

Para muchos otros, quienes viven tras bambalinas los estragos del COVID-19 la realidad conlleva más responsabilidad, valentía, coraje, ejemplo y otras múltiples vivencias provocadas por la pandemia…

Así, las enfermeras, doctores, terapeutas, personal de limpieza y administrativo son quienes a diario arriesgan su salud y la de los suyos dando la cara por su comunidad, por sus pacientes, y por cada uno de los residentes que de manera directa o indirecta se benefician de su gran labor, pasión y lucha para mantener a su comunidad a flote mientras que esta pandemia pasa.

Es por eso que en esta edición y celebrando en conjunto el Mes de la Herencia Hispana, El Latino Costa Central rinde un homenaje a todos esos héroes sin capa latinos que detrás de cámaras hacen de esta comunidad una mejor.

Dra. Iris Castañeda-Van Wyk
Pediatra
Iris Pediatrics

La doctora Iris Castañeda, quien es de ascendencia peruana cuenta con más de 19 años de experiencia ofreciendo sus servicios médicos especializados en el área de pediatría, se considera, antes que nada, madre de familia y esposa; dedica sus servicios enfocados en medicina preventiva desde la pre-concepción, acompañamiento de madres durante el embarazo, recién nacidos, niños y jóvenes.

Desde que se reportó la pandemia en California, y se registraron las órdenes de aislamiento, la oficina de Castañeda instaló una carpa fuera de las instalaciones de su oficina y ha permanecido disponible a diario desde que se instaló a principios de marzo.

“Al inicio de la pandemia supe que tenía un llamado y lo tomé como una oportunidad de servir a mi comunidad y rápido nos dedicamos a conseguir el equipo de protección que fue posible gracias a mi esposo y unos generosos pacientes que nos ayudaron a conseguir lo necesario para protegernos y así instalamos “la casita” como le llamamos a nuestra sección que instalamos en el estacionamiento para poder continuar viendo a los pacientes.

“Tenemos una excelente relación con el Hospital Cottage y con los laboratorios, donde podemos estar en comunicación constante en las pruebas de pacientes y su manejo. Vimos una fuerte ola en un principio donde el miedo de lo desconocido del virus, hacía que cualquier síntoma, dolor de estómago, resfriado, o tos se temiera que fuera COVID-19.”

Para la Dra. Castañeda, su principal enfoque era enviar un mensaje de esperanza a sus pacientes y sus familias que su equipo estaba disponible y a su servicio para ellos.

Es así como las labores dentro de su práctica continuaron atendiendo desde las enfermedades típicas como infecciones de oído, perrillas, huesos rotos, y poco a poco empezaron a llegar los casos positivos del COVID.

“Cuando tuve mi primer paciente que dio positivo al COVID fue preocupante y es obvio que nos asustó, ya que en ese momento aún no sabíamos mucho sobre el comportamiento del virus. Ambos padres habían sido contagiados y naturalmente él terminó siendo contagiado, era preocupante sobretodo porque, ese paciente es uno de los más delicados por su nacimiento prematuro, tiene problemas de pulmones crónicos y no sabíamos cómo iba a reaccionar al virus”.

Gracias a la atención de la Dra. Castañeda quien lo atendió en casa a las 48 horas ya estaba mostrando mejoría.

“Como doctora, escuchaba historias de otros médicos o en las noticias, pero cuando me tocó experimentarlo en carne propia y ver que tuvo un resultado positivo, fue muy gratificante. El miedo no ayuda, el conocimiento y la confianza sí, alejan al miedo”.

Es por ello que desde ese momento, la pediatra se comprometió a inspirar cambiando el miedo por la prevención, a tomar capacitaciones y seminarios en línea para entender cómo se comportaba el virus y ver como se podía prevenir el contagio en vez de esperar a tratarlo una vez contagiado.

“Estoy agradecida por tener mi pareja y la familia que tengo. El apoyo que tuve en mi comunidad, con mi equipo de trabajo, e incluso el haber tenido la bendición de haber podido aplicar por un préstamo para poder mantener nuestra clínica abierta y no tener que preocuparnos y saber que los empleados estarían protegidos y recibiendo su salario. He podido recordar la importancia de tener fe, volver a la iglesia, recibir la eucaristía y saber que puedo ser un canal para ayudar a muchos otros”.

Deise Ponce Capristo
Terapeuta, Departamento de Salud Mental
Santa Barbara Neigborhood Clinics

Por su parte, Deise Ponce terapeuta para el Departamento de Salud Mental de las SBNC, recuerda como el inicio de esta pandemia trajo una ola de pacientes que saturaba las 4 clínicas en el primer mes, y lo difícil que era darse abasto con la carga laboral para el equipo de 5 terapeutas, cuando los casos del COVID-19 se empezaron a elevar en la Costa Central.

“Mi área de trabajo no trata directamente con personas que dan positivo a el virus, pero a mis compañeros y a mí nos toca trabajar con los efectos secundarios que esta crisis ha traído a todos nuestros pacientes, en un principio tuvimos que reducir la duración de la terapia para poder alcanzar a cubrir al número de personas que pedían ser atendidos. Llegamos a atender hasta 12 por día ya fuera en persona o por medio de Zoom en secciones de 30 min. Se registró un aumento marcado de ansiedad y depresión, muchos pacientes habían perdido su trabajo, o no tenían ingreso económico, y el miedo en el que se vive por el virus era muy marcado”.

Para el mismo equipo de terapeutas fue importante el darse cuenta de sus propias necesidades y estar en constante retroalimentación para ver cómo se encontraban emocionalmente.

“Nos dimos cuenta de la importancia de tener reuniones constantes, estar alertas de cómo están nuestros compañeros y cuando vemos que alguien necesita apoyo podemos salir adelante tomando sus pacientes, ofrecer ayuda. Tenemos la ventaja que nosotros conocemos las herramientas para poder manejar de una manera más sana las emociones, pero si hemos estado trabajando mucho más duro”.

Ella indica que su vida personal ha cambiado, ya que ha valorado más a su familia, el cariño, el apoyo de sus compañeras, y el valor de la vida.

“Tengo una bebé de un año de edad y me ha hecho a estar mucho más consciente de lo frágil que somos. Tengo que estar trabajando apoyando a otros y tengo que confiar que mi niña en su guardería estará bien, y debo de confiar en que las demás familias que también llevan a sus niños a la guardería, también tienen esa responsabilidad para cuidarse a ellos y los demás”.

En el caso de Deise y de su familia, el COVID-19 pudo tambalear sus estabilidad emocional cuando recibió una llamada del hospital de su madrina, quien es como su segunda madre, quien le llamó para despedirse cuando se pensaba en su lecho de muerte.

“Me hizo sentir la impotencia de no poder hacer nada por ella, no sólo no podía estar a su lado, pero yo tenía que seguir apoyando a otros a salir adelante. Después de mucho llorar, traté de encontrar mi fuerza, la paz, recordando lo mismo que recomiendo a mis pacientes. Al final de ese día y de centrarme en lo que estaba pasando, entendí también que, si esa fuera la última llamada o comunicación con ella, fue muy linda, llena de cariño y que estaría bien. Gracias a Dios si pudo salir al final de esa y ya se está recuperando”.

Luis García
Jefe del Área de limpieza e Higiene en The Lark

En el caso de Luis García, la pandemia impactó su vida de una manera muy fuerte donde, al trabajar en el gremio restaurantero, perdió su empleo que tenía en el restaurante “Loquita” y dejó de percibir ingresos durante 2 meses.

“El virus nos ha afectado de muchas maneras, en lo personal yo perdí mi trabajo y por 2 meses tuve que permanecer encerrado en casa sin saber que iba a pasar. Al mismo tiempo, mi hermano dio positivo al virus COVID-19 y si me preocupaba mucho que él vivía con mi mamá, y pues el miedo de no querer que ella se contagiara, poco a poco se ve recuperando después de estar en cuarentena y por suerte, mi mamá no se contagió”.

La suerte cambió para Luis García donde después de esos meses desempleado, fue contratado en el restaurante “The Lark” como Jefe del área de limpieza, y es ahora el encargado de mantener el área para empleados y clientes desinfectada y libre de virus.

“Soy el responsable de mantener todas las áreas que están en contacto con el personal y los clientes libre de bacterias, todo lo que se toca, las mesas, las puertas, los baños, cualquier superficie y objeto que están en contacto con los demás tiene que estar purificada y completamente libre de virus para que no se contagien”.

Su esfuerzo y valor le valió para que la gerente del restaurante le nominara como empleado ejemplar para un reconocimiento de la Oficina de Turismo de Santa Bárbara, reconocimiento que Luis al final ganó.

“No sabía al principio para que era, y estaba feliz cuando me dieron una tarjeta de regalo, ya después me enteré de que pasé la segunda ronda y que sido el ganador del primer lugar. Nunca había tenido algo así, me dieron premios que podré disfrutar con mi familia y es algo que nunca me había pasado. Pienso llevar a mi mamá a cenar y llevar a mi papá a pasear en kayaks porque nunca lo hemos hecho. Creo que mi vida cambió mucho porque por ejemplo antes de esta pandemia mi trabajo no existía, y ahora creo que ya será algo necesario de ahora en adelante y es algo a lo que nos tenemos que acostumbrar. Así como la educación en línea y será parte de la nueva manera en la que viviremos”.

El ser un trabajador esencial es algo que García se toma muy en serio, y que al mismo tiempo, asimila constantemente los riesgos a los que se expone.

“Siento que todos los que trabajamos estamos con miedo, estamos trabajando porque tenemos la necesidad, me gasté mis ahorros cuando me quedé sin trabajo esos meses, y fue muy feo estar en soledad, con miedo y sin ver a mis familiares o amigos. Sólo quiero recordarles a todos la importancia de tener sus cubre bocas y lavarse las manos con jabón y agua caliente por que quién sabe cuánto tiempo vaya a durar esto”.

Karlos Oregel
Médico Oncólogo
Ventura County Hospital

Para el Dr. Karlos Oregel el COVID-19 ha impactado de manera directa a él y su familia al realizar esta entrevista el doctor Oregel se dirigía al funeral de un familiar de 48 años que falleció de COVID-19.

“Personalmente el virus ha afectado mi vida de manera directa con la muerte de mi tío y en mi práctica también. Todo esto ha sido muy pesado para mi familia porque en un momento de muerte, para nosotros los latinos tendemos a apoyarnos unos a otros y estando juntos, aquí tenemos que no pudimos estar con mi tío y llevamos 4 semanas y que no se ha podido enterrar porque tenemos que esperar nuestro turno y eso alarga el sufrimiento para todos nosotros”.

“En mi parte laborar, he visto la importancia de educar a nuestra comunidad latina por que ha estado en diferentes fases, antes había mucha duda, no se tomaba en serio, yo notaba eso con mis conocidos e incluso con mis pacientes, después poco a poco y por el miedo, la gente empezó a seguir más las regulaciones, pero ahora veo que en la tercera etapa la gente otra vez ya empieza a aflojar un poco las restricciones”.

Por ser un médico especializado en el cáncer, el rango de pacientes que el Dr. Oregel atiende se encuentran en el rango de pacientes de alto riesgo al tener sistemas inmunológicos suprimidos.

“Al principio mis pacientes se vieron afectados por el virus, y no de manera directa, sino porque muchas de sus cirugías, biopsias o diferentes procedimientos eran pospuestos por que no se querían saturar los hospitales mientras no se conocía el desarrollo de este virus. Pude ver como una de mis pacientes que tuvo una larga batalla contra el cáncer, que pudo vencer esa batalla, estaba saludable y tenía mucho por vivir, pero desgraciadamente al tener su sistema inmunológico debilitado se contagió del COVID y falleció en una semana. Fue muy impactante ver cómo pudo sobrellevar una batalla tan fuerte antes y que falleciera de este virus en tan poco tiempo”.

Para el Dr. Oregel su labor va mucho más allá que lo que refiere a su especialidad, sino que la pasión de su profesión se ha visto reflejada en esta pandemia y en cuanto tuvo la oportunidad de apoyar a su comunidad, lo hizo sin dudarlo.

“Me di cuenta de las necesidades que tenían muchos de nuestros trabajadores del campo, recibí un día un correo donde vi que existían estas necesidades y no dude en ofrecer mis servicios de manera voluntaria para ir a poner mi granito de arena. Lo que estamos haciendo es ir a los campos y hablar con los trabajadores, explicarles los riesgos, como prevenir el contagio, como identificar los síntomas y a dónde y cómo ir para pedir los recursos necesarios”.

Y es que los empleados agrícolas de la Costa Central han sido afectados de manera directa y en números desproporcionados por la falta de información y de protección que se tiene aun cuando son trabajadores esenciales.

“Me tocó darme cuenta de muchos campesinos que, por miedo de su estatus migratorio, no querían ir a pedir ayuda para que no los fueran a deportar, y eso estaba afectando a muchos de sus familiares y compañeros de trabajo. Es muy difícil darse cuenta cuando tienen miedo de pedir ayuda, aún cuando quieren hacer lo mejor, pero están limitados ya que viven en un cuarto que rentan en la casa de alguien más”, indica el experto.

El Oncólogo de raíces mexicanas, asegura que el esfuerzo de estos trabajadores es inmenso, hasta el punto que uno de sus pacientes estaba enfermo y haciendo cuarentena en su propio auto por más de 2 semanas con tal de no entrar a la casa y enfermar a su familia.

“Me hizo recordar mucho cuando yo estaba chico, que mi padre trabajaba en el campo y me llena el corazón ahora el tener la oportunidad de poder apoyarlos y dar un poquito de lo mucho que he recibido. Me duele saber que estas historias siguen pasando, pero me llenó de energía saber que pude aprender de esto y de que nos queda mucho por hacer. Fue un honor para mí poder ayudar y lo hago con mucho amor y respeto, pienso en mi padre y me hubiera gustado saber que alguien hubiera hecho lo mismo por él en esa situación”, explica el galeno.

Los héroes de nuestra Costa Central no son los típicos héroes que se reconocen constantemente, estos héroes encubiertos han mostrado a su comunidad que hay una luz y camino de esperanza a pesar de la incertidumbre en la que se vive en estos tiempos de pandemia.