Editorial

Ayuda de humo

Carlos Hernández es el editor de El Latino y un periodista con una amplia experiencia en periodismo. Ha sido corresponsal internacional en Atlanta, Nueva York y California de agencias de noticias como EFE de España y la Associated Press./EL LATINO

La pandemia del coronavirus sin duda nos ha llevado a descubrir muchas cosas en el hacer cotidiano de nuestras vidas, nuestro entorno, la sociedad y el mundo.

Sin duda, para quienes vivimos en este país, la rutina diaria ha sido afectada en gran medida, desde la manera en que trabajamos, se convive y sobre todo como usar mejor nuestro tiempo.

 

Mucho ha cambiado sin duda, sin embargo hay cosas que no. Lamentablemente en estos tiempos donde lo ideal sería estar unidos y velar por el bienestar de todos, una vez más Donald Trump muestra su lado más dañino, corrupto y ambicioso.

Bajo la falsa promesa de una ley de un mega millonario estimulo económico para los ciudadanos y los micro empresarios del país, esto no ha sido más que una propaganda populista y mal intencionada.

 

Mientras los ciudadanos y residentes permanentes reciben $1,200 de crédito tributario o de impuestos, por adelantado, y suponiendo que miles de pequeñas empresas recibirían fondos para poder pagarle a sus empleados durante el tiempo de cuarentena al estar completamente o parcialmente cerrados, la mayoría del dinero ha ido a las grandes corporaciones.

Como siempre, los ricos haciéndose más ricos y la clase media y de bajos ingresos, esos que si lo necesitan, haciéndose más pobres.

 

Sólo se necesitaron dos semanas para que se terminarán los fondos de ayuda del estimulo económico, y muchos se preguntaran ¿por qué?.

 

Trump y sus secuaces republicanos se encargaron de dejar hoyos en la promulgación de la ley de, para que así las grandes corporaciones pudiesen optar a decenas de millones de dólares, cuando ellos son los que menos lo necesitan.

Recordemos que debido a la naturaleza y los amplios márgenes de ganancias que tienen este tipo de multinacionales año con año, fácilmente pueden operar con todo su personal por más de un año sin recibir ganancia alguna.

Pero como Trump en su corrupto intento por mantener contento a gran parte del sector privado, y así buscar el apoyo electoral y sobre todo económico en este año de reelección, donde por ahora está en suma desventaja con Joe Biden, les hizo el favor del siglo una vez más.

Conozco a muchos micro empresarios locales y de otros estados que aplicaron y nunca pudieron recibir dinero alguno.

Muchos me comentaron que muy probablemente tendrán que cerrar e irse a la bancarrota.

 

Y como no, si en el lapso de la primera semana bancos como Wells Fargo y Chase, ya anunciaban que el dinero no alcanzaría ni 15 días debido a la alta demanda.

 

Sin embargo esto no es cierto, como lo revelo un reporte del New York Times la semana pasada, donde se informaba que el dinero se terminó porque grandes empresas y sobre todo aquellas dedicadas a fondos de inversiones, habían sido de las primeras en líneas recibiendo cientos de millones de dólares.

 

Esto explica, porque la bolsa de valores detuvo su caída en picada, la que mágicamente se detuvo el 23 de marzo, justo el día que Trump anunció el plan de ayuda económica.

 

Obviamente, Trump lo hizo premeditadamente, sino recordemos que desde que ha llegado a la Casa Blanca se ha obsesionado con hacernos creer que él ha creado el mayor crecimiento económico en la historia del país.

 

Si esto se llegó a dar no es más que gracias a golpe de talonario, a perdonarles cientos de miles de millones a las grandes corporaciones en impuestos que servirían para las arcas públicas, levantamiento de restricciones de producción, regalarles millones en ayuda financiera, etc.

 

En otras palabras, ese efímero y temporal crecimiento económico del que tanto se jacta el mandatario no es más que un favor al grupo elitista financiero, que tanto usted como yo lo estamos pagando y lo seguiremos pagando por muchos años.