Hughes: una nueva muestra de la peligrosa combinación de factores para incendios invernales en California

Por Redacción
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Entre ellos, los incendios Eaton y Palisades figuran entre los cinco más destructivos en la historia del estado. Pero, ¿cómo se generan incendios tan intensos en pleno invierno?

El incendio de Hughes, que inició el 22 de enero en los condados de Los Ángeles y Ventura, ha arrasado casi 4,200 hectáreas, una cifra comparable a las 5,600 hectáreas del incendio Eaton, activo desde el 7 de enero. A pesar de estar por debajo de las más de 9,500 hectáreas consumidas por el incendio Palisades, Hughes evidencia cómo las condiciones en el sur de California están generando incendios forestales incluso fuera de la temporada habitual, que normalmente se extiende de junio a agosto.

Los incendios invernales, como los de este año, presentan un desafío particular debido a la rapidez con la que se propagan. Hasta antes del inicio del incendio Hughes, los incendios Palisades, Eaton y Hurst encabezaban la lista de las peores conflagraciones del mes.

Para que un incendio se desate en invierno, deben confluir varios fenómenos climáticos, y el sur de California ha experimentado esa peligrosa combinación.

Durante el invierno pasado, las lluvias excedieron el promedio, favoreciendo el crecimiento de vegetación. Sin embargo, a partir de septiembre de 2024, la sequía en el sur del estado se intensificó, oscilando entre niveles moderados y extremos, según el Monitor de Sequía de Estados Unidos.

El verano de 2024 trajo consigo una ola de calor sin precedentes, con temperaturas hasta 5 °C por encima de la media, alcanzando máximas de 45 °C en algunos días, de acuerdo con el Observatorio del Sistema Terrestre de la NASA. Este calor extremo, combinado con la sequía, secó la vegetación, convirtiéndola en un combustible ideal para los incendios.

El ingrediente final fueron las corrientes de Santa Ana. Estos vientos, típicos de la región, interactuaron esta vez con un sistema de baja presión, creando turbulencias de aire sobre el Golfo de California, lo que facilitó la propagación rápida y peligrosa de las llamas.

Al 24 de enero, el Servicio Nacional Meteorológico de Estados Unidos emitió una alerta roja para los condados de Los Ángeles y Ventura, advirtiendo sobre las condiciones favorables para incendios de rápida propagación y comportamiento extremo.

Aunque devastadores, estos incendios no son los peores en la historia de California. Según el Departamento de Silvicultura y Protección contra Incendios de California, los registros se evalúan en tres categorías: cantidad de hectáreas quemadas, víctimas mortales y estructuras destruidas. En este último aspecto, Eaton y Palisades figuran entre los cinco incendios más destructivos.

El incendio Camp de 2018 continúa siendo el más devastador en la historia del estado, con más de 18,800 infraestructuras destruidas. Sin embargo, los incendios de Eaton y Palisades, con 9,418 y 6,770 estructuras destruidas, respectivamente, son los más destructivos registrados en invierno en los últimos 40 años.

La combinación de sequías, temperaturas extremas y vientos violentos mantiene al sur de California en alerta máxima. Incendios como Hughes reafirman la necesidad de redoblar esfuerzos en prevención y respuesta ante emergencias para proteger a las comunidades y mitigar los efectos del cambio climático en la región.